domingo, diciembre 19, 2004

La quedada masiva navideña. Teoría y práctica.

Amiguitos, bienvenidos a la primera y probablemente última lección de quedadas navideñas con aquellos compañeros de facultad/conservatorio/instituto/escuela de artes y oficios a los que no veis hace lustros y a los que, definitivamente, no veréis más en vuestras adultas vidas porque no se presentarán a la tradicional quedada navideña que da título a este encendido -por velitas navideñas- post.

La cosa consiste en, lo primero, recopilar los teléfonos actualizados de cada uno de ellos. Para ello indefectiblemente hablaréis con dos o tres parents ("no, hija, aquí ya no vive. Espera que te dé su móvil. Ay, que no encuentro las gafas de ver, un momento etc."), con el nuevo propietario de su ex-móvil y con un lote de personas interpuestas de esas. Luego toca hacer la encuesta Sigma-2-¿qué día prefiere para la quedada navideña? Después, y tras diseñar un programa informático capaz de obtener algún resultado de datos tan dispares, se cuadra el día, lugar y hora, y a partir de ahí comienzan las sorpresas: ¿aparecerán todos los convocados (más de cuarenta) y no cabremos en el bar?, ¿aparecerán sólo los que han dicho "me paso seguro" y por tanto seremos unos cuatro?, ¿se irán en masa los que han dicho "yo me tendré que ir pronto, que tengo al enano con mi madre" y durante más de media hora te tendrás que quedar on your puto own esperando a los que han dicho "yo me voy a pasar pero un poco más tarde, es que tengo un ensayo hasta las 10"?

Nunca lo sabréis, amiguitos, porque horas antes del evento alguien decidirá (quizá vosotros mismos) anular la macroquedada en beneficio de todos.



1 comentario:

Anónimo dijo...

Exacto y al final te alivias de la anulacion, al menos fue ese mi caso


Nadj



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