lunes, mayo 23, 2005

Miguel Gila updated

Me llama un pavo con una voz ligeramente similar a la de mi amigo Díyei preguntándome si es aquí el departamento de selvicultura. Gachas piensa: "ahá, es mi amigo Díyei, voy a seguirle el juego": "sí, es aquí, ¿qué desea?". Sigue la cosa: "quería preguntarle unas dudas que tengo de cara al examen de selvicultura". Ahí Gachas ya pierde el interés por la posible broma. Gachas no tiene vocabulario de selvicultura y no comprende por qué su amigo Díyei, que, en teoría, tampoco tiene saber selvicultural, le mete en esos berenjenales carentes de gracia. Gachas le dice que si me está ustez gastando una groma o qué, mentecato, y cuelga.

Al ratín vuelve a llamar: "soy el que llamó antes, ¿podría hablar con el profesor Manuel Balgañón?, ¿está por ahí? Mmm, Gachas ahora sí que quiere seguir el extraño juego: "¿para qué deseaba hablar con el señor Balgañón?". El llamador anónimo: "para preguntarle unas dudas de cara al examen de selvicultura". Gachas no supo aprovechar la oportunidad de añadir un "pregúntemelas a mí, joven" y así establecer un diálogo besuguil sobre pastos y suelos fértiles (imagino que va de eso la selvicultura) durante un rato. Lástima, la vida pone a tu alcance cosas peculiares y una no las sabe aprovechar. En cualquier caso, he buscado en Google "Balgañón + selvicultura" y sí, todo ello existe: Manuel Balgañón es un profe de la ETS de Montes de la Politéc

INTERRUMPIMOS ESTE POST PARA DECIR LO SIGUIENTE:
Acaba de llamar el pavo por tercera vez. Esta vez Gachas sí ha sabido seguirle el juego. Como Gachas lleva gafas y maneja con soltura el teléfono y el ordenador, ha hecho estupendamente de secretaria espaniola. Esta vez Alejandro, el de Cercedilla (le he hecho decirme su nombre para dejarle una nota a Manuel Balgañón o, en su defecto, a Rafa), quería saber si la Residencia Forestal de Cercedilla iba a estar libre del 6 al 10 de junio para alojar a 80 personas. Mmm, no sé yo si va estar o no libre para tanta gente. Ya veré. Si llama de nuevo igual le digo que sí, que pueden ir los 80 con sus saquitos de dormir y sus aislantes a pasar unos hermosos días de campo. Aquí tiene Gachas en un post-it todo apuntadito: 6-10 junio/residencia forest. Cerce/80 prs.

Lo que me sorprende de Alejandro de Cercedilla (suena a versión costrosa de Ernesto de Hannover) es que no se cojque de que soy la misma de antes, la que le ha dicho que esto es un domicilio particular, que se ha equivocado y que adios. Creo que Alex de Cerce es de esos seres que no reparan en su interlocutor. Conozco muchos seres así: ellos ven bultos u oyen voces al otro lado y con eso se conforman para soltar su rollo. No necesitan feed-back por parte del otro, o sí, quizás un mero: ajá, vale, ya veo, pero poco más. Esa gente es muy feliz en su ipnorancia sobre la crudísima realidad en la que viven.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Y encima seguro que penca los exámenes ésos de selvicultura.
Los de campo son así.

Ms Tytania