lunes, diciembre 18, 2006

Miscelánea romano-madrileña

Gachas tuvo que ir de nuevo a Madrid a unos recaos y se encontró con novedades tan grandiosas como el hecho de que la línea 5 de metro ya llega a Alameda de Osuna y al parque El Capricho. Pensarán ustedes que Gachas es frecuentadora de esa zona y de ahí su alegría pero no, nada más lejos de la realidad gachesca. A Gachas no la saquen del downtown, que se brota la pobre. Paradójicamente, va a una dottoresa a Tres Cantos, pero es porque le parece muy buena y muy rollo equipo humano ("Estupendo, parece que esta vez lo hemos conseguido": palabras de aliento como éstas le dice a Gachas cuando le erradica problemáticas que no van a detallarse aquí).

A lo que vamos: otra novedad metril que encontró Gachas en su fugaz visita a Madrid es la apertura de nuevas paradas en la línea 11 de metro. Una de ellas lleva el bonito nombre de La Peseta, pero puestos a encontrar bonitos nombres para cosas que nacen o se fundan, la propietaria de un nuevo puesto del mercado de la Cebada se lleva el primer premio (y la estación La Peseta el accesit). Resulta que Gachas baja el viernes al mercau a comprar unas frutas y unas latas de atún y unas cosas y ve un puesto insólito de tés a granel e infusiones (y se congratula por ello) llamado -atención-: Té y mi Gordy. Y al lado de este críptico nombre, la foto-dibujo de un perrillo tipo Fox Terrier. Es decir: la buena mujer emprendedora (Gachas la vió despachando) que ha decidido abrir tan arriesgado negocio (Gachas piensa comprar ahí sus tes para echarle un cable), en vez de darle un nombre que haga mención a las Indias o las plantaciones lejanas del Sudeste asiático (tipo "Compañía infusionera de las Indias"; "La ruta del té" etc.), o uno que juegue con la palabra "té" ("Té para ti"; "DeleitarTé" y demás), va la señora y mete ahí a su pobre pet sin venir a cuento, y encima nos desvela el horrendo nombre que le ha puesto al can, y para más Henry (versión anglo de "para más Inri"), nos hace ver la estrechísima relación que ambos tienen. Éste es mi Madriz, sí señor.

Y haciéndo honor al título de este post, aquí va un precioso descubrimiento romano hecho hoy mismo por Gachas (ya en Roma): resulta que hay un arquitecto del XVII que fue quien diseñó el hospital de San Giovanni in Laterano y más cositas romanas que se llama Giacomo Mola. Parece talmente idea de Javier Fesser el nombre pero no, era un hombrecillo real de mil seiscientos y pico. Mírenlo en Google si no me creen.

sábado, diciembre 09, 2006

Gachas zopenca

Gachas ya reconoció públicamente en este blog su ignorancia acerca de la cultura italiana. Como Woody en Granujas de medio pelo, Gachas intenta a toda costa recuperar el tiempo perdido y meterse italianismo a cucharadas soperas. El otro día vio Caro Diario (sí, Gachas no la había visto: si tuviese que confesar esto de cara al público pediría que la pixelizaran para no ser reconocida) y Mamma Roma (primera peli de Pasolini que ve Gachas en su vida. Pedazo de ignorante es Gachas, ¿a que sí?).

Pues bien, un compañero de casa de Gachas aquí en Roma le comentó que Moretti (Nani) leía fragmentos de su (caro) diario en un cine de su propiedad, el Nuovo Sacher, tras la proyección de una de sus primeras pelis (la titulada Ecce Bombo). Gachas, en su avidez de avistar compulsivamente a la intelectualidad italiana, lamentó mucho no haber acudido y se comprometió consigo misma a no perderse más actos de ese tipo.
Se las prometía felices Gachas hace una hora al leer en La Reppublica que el lunes próximo homenajean a Mastroianni en un teatro del centro de Roma y la cosa es ingresso libero. Gachas se dijo: ¡tate! (Modern), ahí voy a estar yo sí o sí para ver en directo al maestro Marcello (a cuya filmografía nunca ha prestado atención, la verdad sea dicha). Hace diez minutos Gachas se ha puesto a buscar en la web del teatro más información sobre el espectáculo y, glups, se ha dado dolorosa cuenta de que el evento era un homenaje a Mastroianni en tanto que finado que descansa desde hace 10 años en el romano cementerio de Campo Verano.

viernes, diciembre 08, 2006

Ponte della Purissima

Gachas se ha quedado aquí en el puentelapurísima porque, básicamente, en Italia no hay tal puente largo, sólo el día 8 es fiesta, que ellos su Constitución la tienen otro día. Gachas se siente estos días un poco Mahoma: si ella no va a España, España viene a ella, como se ha podido comprobar desde el día 6 por la mañana. Hordas de ejpañoles ocupan el centro de Roma estos días y Gachas, que ya de por sí se sentía como en casa (para bien y para mal) en esta ciudad caótica y catolicota, pues ahora con más razón.

A la Gachas-rematadamente-snob le gusta mucho escuchar las conversaciones de sus compatriotas cuando va subida en un bus, y más le gusta esbozar una sonrisilla interna como diciendo Ay, qué infelices y que mainstream son todos viendo su Coliseo, su Vaticano y su monumento tocho a Vittorio Emmanuele.

Pero lo que más le gustó ayer a Gachas es presenciar en directo un caso flagrante de pickpocketismo en un concurrido bus y, mediante su mirada acusadora silenciosa, impedir que el delincuente llevara del todo a cabo su mala acción. Gachas vio cómo un pavo abría alegremente la mochila de otro e intentaba sacarle la cartera. Tan alegremente lo hacía que Gachas en un principio pensó que era amigo del incauto mochilista y Dios le librara a ella de meterse en algo que sucedía entre dos amigos. Pero fue quedárselo mirando y el tipo dejó de cometer su hurto a sabiendas de estar siendo pillado en pleno marrón. Como era final de trayecto, todos se bajaron y santas pascuas.
Gachas hizo su buena acción del día sólo con la fuerza justiciera de su mirada, ¿cómo lo ven, amiguitos?

En otro orden de cosas, Gachas sabe que lamentará toda su vida no haber asistido hoy al siguiente evento: su Santidad Benedicto XVI y Mr. Fco. (no "Fiumicino" sino Francisco) Vázquez en un mano a mano en la puerta de la Embajada de España en la Santa Sede. Tonta ha sido Gachas de no ir, y mira que ha estado a un tris porque estaba en el lugar de los hechos 20 minutos antes de que diera comienzo, pero había tanto turista y tanto despliegue de polis (y de guardias civiles, sí, en la Embajada de España vive una pequeña comunidad de parejas de la Benemérita para servir a la patria en el exilio) que al final ha optado por irse a su keli.

lunes, diciembre 04, 2006

Parole, parole, parole

Gachas va aprendiendo a trompicones la lengua italiana a fuerza de usarla mal. El gran descubrimiento que marcó un verdadero punto de inflexión en su comunicación con los lugareños fue darse cuenta de que alora NO quiere decir "ahora". Gachas venga a usarlo mal al preguntar cosas, al realizar transacciones comerciales etc., hasta que alguien la sacó de su falsefriendsmo y le hizo ver que a lo que ella se refería era a adesso. Gran alivio.

Otras palabras 100% lugareñas que Gachas ni de coña sabe introducir en su pobretona conversación en italiano son quindi (léase "cuindi"), que es la típica muletilla traducible por 30 cosas, y proprio, así, tan llena de erres, que se usa tanto o más que la mozzarella. Pero ya quedamos un día en este blog que hay palabras y modismos que uno no logra emplear ni a tiros en su propia lengua. En castellano mismamente, Gachas no sabe emplear "a tenor de", ni tampoco "vehemencia" o "expeditivo".

Qué flojo post éste. Es por el catarro ("Ma hai moltissimo catarro!").

miércoles, noviembre 29, 2006

Dica trentatrè

Tras demasiados días a pastillica efervescente y jarabe (que en italiano se dice "sciroppo") para expectorar y sólo haber experimentado una profunda empeoría, Gachas se ha decidido a llamar al seguro médico para ver si le recetaban algo más potente.

Ha venido a verla la Dottoresa Rausa: le ha dicho (Rausa a Gacce) que tenía molto pero molto catarro (por lo visto "catarro" en italiano, y quizá en español, no es todo el conjunto de síntomas sino sólo la guarrería de la mucosidad bronquial) y, al auscultarla, le pedido el tan famosísimo y parodiado "dica trentatrè". Es fucking REAL que esto ha ocurrido y que Gachas se ha visto diciendo trentatrè, trentatrè mientras la dottoresa la oia con el fonendo o con la oreja, ahora no recuerda bien. Durante el momento 33, a Gachas le ha dado un primer acceso de risotada que ha medio logrado camuflar con unas toses esputantes. El segundo ya no ha podido disimularlo, y la dottoresa Rausa se ha medio reido un poco también con ella, pero como pensando qué pagliaccia questa spagnola. Gachas se pregunta si la fórmula 33 para oir el mecanismo del pulmón funciona también en alemán (Dreiunddreissig, me extraña) o en cualquier otra lengua, sea o no indoeuropea.

La dottoressa le ha preguntado a Gachas que de dónde es (ah, di Madrid. Io sono andata a Madrid), que hasta cuándo estará en Roma y que para qué. Ella le ha contado que una beca (Gachas é borsista) y tal y cual, y Rausa le ha dicho ahí algo muy feo (versión doblada): Ah, qué bien: estarás contenta, Roma es mucho mejor que Madrid. Gachas, a pesar de ser militante de la causa antimadrid hace ya años, casi le clava sus roidas uñas. Habráse visto.
En cualquier caso, Dottoressa Rausa parecía muy eficiente y Gachas está satisfecha por la preocupación que por ella ha mostrado (¡"ma, hai moltíssimo catarro"!) y por los antibiotics y antiinflamatorio bronquial (sí, sí, así de mala está Gachas) que le ha recetado. Por lo visto, si no los toma ya mismo, pronto le dará il febbrone. Así se lo ha dicho.

sábado, noviembre 25, 2006

Italia acaba en E

Gachas ha notado que Italia tiene una fuerte necesidad de añadir es finales a cualquier palabra que acabe en consonante. Así, cuando el mundo de habla italiana ha de pronunciar parole como Hot Dog (porque ellos no dicen "piccolo cane caldo" ni nada por el estilo) lo que dicen de verdad es Ote Dogue (la hache se la tragan), y cuando hablan de palomitas de maíz, pues Pope Corne, y se quedan más anchos que largos.

Cambiando de tema, Gachas ha tenido la oportunidad (dolorosa) de probar la mala ensalada de pasta italiana y desde aquí les dice abiertamente que el nivel es como de tercero de BUP español. O de COU (Gachas duda). La vieja receta de espirales de pasta + lata maíz + dados de queso fresco + aceitunas negras + atún ha llegado hasta estas tierras e incluso se comercializa en algunos cáterings de la región del Lazio. Otras recetas, más sofisticadas, cambian la lata maíz por pimiento asado amarillo y rojo (la enseña nacional de Spain y de la corona de Aragón, by the way).

lunes, noviembre 20, 2006

Gachas lo vio

Ayer por la noche nocturna romana, Gachas tuvo que coger un taxi porque iba cargada de maletón etc. (¡increible!: Gachas, dueña y señora de su blog, y aquí la tienen justificándose por pillar un pelas, como si fuese la prima volta). Bueno, centrémonos: que Gachas cogió un taxi romano y se dio cuenta de que no conoce aún los códigos relativos al taxi que aquí se trabajan: ella, venga a buscar lucecillas verdes sobre coches, y ni una a la vista. Finalmente, vio uno sin luz verde pero vacío y se subió. En su pobretón italiano intentó dialogar con el taxista y preguntarle cuál era la señal visual que Gachas debía buscar cuando precisara un taxi libre. Él sito le dijo que cuando el indicativo "TAXI" (o "tásis", en dialecto de Madrid) estuviese encendido, ahí se puede alzar el brazo y pillarlo. Gachas le explicó que en su ciudad natal rige el código "luz verde" y que ella perseguía en vano lucecillas verdes también en Roma. El tipo (aquí viene la anécdota) le dijo con sorna "luce verde, luce verde" (pero pronunciado "Luche" en italiano) y, atención, hizo ASÍ con la mano. El así al que se refiere Gachas es el gesto ese típico que se usa para imitar a los italianos mientras se dice alguna frase piloto como "ma, che cosa" o "cosa fai?" o similar. Sí, el gesto del pulgar opuesto a los otros dedos que, juntos, es como si sujetaran un sandwich mixto inexistente y lo movieran. ¿Pillan qué gesto es? Seguro que todos ustedes, miembros o no de países Schengen, lo han practicado alguna vez para imitar a un italiano, no lo nieguen.

Gachas no daba crédito a lo que veía; finalmente era REAL: los estereotipos se crean porque EXISTEN los ademanes previos para crearlos. Una epifanía similar sólo la había vivido tras probar unas fresas dulcísimas en su vida adulta (lo cual indica que, normalmente, Gachas come fresón del que es muy rojo pero más bien insípido). Fue probarlas y pensar inmediatamente en el Frigo-dedo, en cómo la naturaleza había obrado sobre esas fresas y había conseguido que supieran tan intensamente a Frigo-dedo. Al final, la obra mejora el modelo, ¿o no están de acuerdo? (si no lo están, digan "ma, cosa dice", moviendo los dedos como si sujetasen un sandwich mixto invisible entre ellos).

lunes, noviembre 13, 2006

Arqueología pop

Roma es lo que tiene, que enseguida te pone en contacto con el pasado. Ejemplos de pasado: Paloma Gómez Borrero, nombrada en este blog más de una vez porque Gachas fue fiel seguidora de sus crónicas en el telediario de TVE-1 cuando niña (Gachas en algún momento fue niña). Bueno, pues va Gachas y se la encuentra AYER sábado en un fiestorrón hispano-italiano así de postín. Como comprenderán, no cabía en sí de gozo gachesco Gachas, que enseguida que pudo se acercó a saludarla empleando el modo convencional de saludar a famosos: "hola, Paloma, nada, que sólo quería saludarte y decirte que me acompañaron tus crónicas en mi infancia y bla bla". La mujer fue educada, pero poco juego daban para responder unos comentarios tan insulsos. Después Gachas le mencionó la joya de libro del que Ms. Borrero es autora y que su Sra. madre tiene en los estantes de su biblioteca: Huracán Wojtyla. El libro debe de ser de cuando el Mundial 82 más o menos, si no anterior, de ahí que al citárselo, su propia autora dijese algo así como: ufff, pues no tiene años eso, casi con autodesprecio. Ahí Gachas se dio cuenta de que, en fin, ella también va haciéndose mujer mayor lentamente.

Otro caso de recuperación de la memoria histórica ha tenido lugar hoy en un cine del Trastevere: Gachas ha ido con unos friends a ver Scoop, la de Woody Allen (por si alguien no sigue la cartelera) que, como no podía ser menos en Italia, era en versión doblada. Antes de elegir cine para Scoop, Gachas ha buscado durante casi media hora en google cómo descubrir en qué cine romano la ponían en versión original (empleando palabras clave como "versione inglese" o "sottotitolata in italiano" o similar), pero parece que esa información, que no figuraba por ningún lado, es completamente irrelevante para el espectador italiano, que prefiere saber si las butacas son o no numeradas antes que conocer en qué idioma hablarán los actores.
Bueno, a lo que vamos: están Gachas & Friends en el cine, asumiendo ya a una Scarlett Johansson hablando en italiano cuando, a mitad de la peli, ¡zas!, se para la acción y proyectan la palabra INTERVALLO tan ricamente. Y ahí ha entrado en escena ese prototipo sainetero que es el vendedor de bombonhelao, palomitas y agua que lleva su bandejota colgada del cuello. Después de cambiar la bobina o lo que hubiera que hacer, la peli, ese pedazo de larguisimometraje de escasos 90 minutos, ha continuado sin interrupciones.
Gachas no daba crédito a lo que veía, despues de tantos años. Se ha tenido que pellizcar y mirarse bien la ropa, no fuera a ser que de nuevo llevara el uniforme de su colegio privado como quien no quiere la cosa. Algún chiste de UCD y alguna pegatina de Alianza Popular ha creido escuchar/ver a la salida, pero no está muy segura de esto último.

jueves, noviembre 09, 2006

Super taglia me

Gachas, tras unos días en Madrid debido a unos asuntillos, ha vuelto a Roma con una triste realidad sobre sus espaldas: ha engordado kilo y pico, casi dos. Esto se debe a la falta de control alimentario ejercida en sus primeras semanas en Roma. Como vive con otras quince personas (¡¡¿¿quince personas??!! ¿Pero dónde on earth vive Gachas?) pues que si uno saca galletas, la otra biscotti (que Gachas ha aprendido hoy que son dulces, al pedir errónamente biscottes de pan diciendo "per favore, vorrei dei biscotti"), el de más allá chocolate alla nocciola y ya la tenemos montada.
Eso aparte de la omnipresencia de la pasta (con especial atención a los gnocchi -en lo sucesivo, ñoquis- por los que Gachas siente una predilección rayana en lo obsesivo) y de la ineludible pizza.
Dicho esto, Gachas puede prometer y promete (esa frase es de Adolfo Suárez, ¿recuerdan? O de Calvo Sotelo, o de Abril Martorell, de repente los mejclo a todos los transicionales) que comienza la era de la verdura y el pescado hervidos, y de sólo pedir contorni en los restaurantes (verduras de guarnición, que las hay bien ricas: radiccio, achicoria, berenjenas, calabacín...). Anoche Gachas clausuró en Madrid su larga participación en el Festival de la Grasa y el Carbohidrato con un postre cenado en un lugar bastante apañado. Cuajada de sobao manchego se llamaba el postre (claro y craso error de los nombradores de platos: que es sobao pasiego, so mantas), y nada, con eso se cierra una etapa y hoy (mentira, mañana) se abre otra.

viernes, noviembre 03, 2006

Polenta at Tiffany´s

Gachas está contenta esta semana porque el buen Macarrones, comentarista ilustre de este blog y antiguo ocupante del cuarto de Gachas en Roma, está aquí estos días y, como connaisseur de la ciudad, lleva a Gachas and friends a sitios peculiares a comer y/o cenar. En uno de ellos, llamado Da Paino, Gachas probó por vez primera a su homóloga la pastosa polenta el otro día. Era como una papilla de ¿maíz? cubierta de salsa de tomate, aceitazo rojo y trozos de panceta y champiñón, especialidad de la casa. Gachas no veía por dónde meterle mano a aquello pero finalmente dejó el plato como los chorros del oro de limpio y de minimal. Pero este no es el tema de este post (entonces, ¿por qué titularlo Polenta at Tiffany´s?), lo que le ocupa a Gachas realmente es la idea snob que ella misma padece que se resume en algo así como "los sitios más feos y más cutres esconden los más sabrosos productos gastronómicos".

Esta política, Gachas no la sigue mucho en su ciudad natal. En Madrid, Gachas es más rollo nueva rica y busca sitios "bonitos", según el criterio gachesco de bonitez. Son sus amigos los que, en busca de la autenticidad, la llevan a sitios como el Palentino de la calle del Pez; un barucho de la calle Santa Isabel cerca de la filmoteca y el restaurante "Isla" o similar, cerca de la plaza de los Mostenses. Gachas no entraría a esos sitios por su propio pie: ha sufrido durante años los estragos de la patata brava harinosa y refrita con cachup picante por encima y no le parece eso nada pintoresco. Pero no nos distraigamos: lo que Gachas ve que le ocurre en Roma es que aquí sí busca esa Ur-comida, el alimento ancestral de los nativos romanos, y cree que la va a encontrar en lugares con platos descascarillados y camareros con uña del meñique larga, iluminados ellos y sus clientes por tubos fluorescentes que hacen clin-clin.

Gachas duda: ¿no estará actuando como una mera snob de la tribu BoBo a la que le dan permanentemente gato por liebre en esos sitios y no se entera? Por el momento está muy satisfecha con la cicoria all´agro, los gnocchi vongole e rughetta y un estofado rico de ternera de nombre como strezzetti o strazzatti o similar.

jueves, octubre 26, 2006

Gachas entomóloga

Gachas ha recibido en sus torneadísimas piernas (feo está decirlo pero así son) la friolera de 15 picaduras de mojquito tigre (variedad romana con bechamel y pan rallado por encima). Como vive en zona arbórea, se han cebado con ella los muy trompeteros. Gachas no es tanto entomóloga como ellos gachólogos: ¿por qué ese interés desmesurado por Gachas, si es una vulgar mortal española, similar a la mujer media italiana (no a la morenaza siciliana de pechos descomunales, sino a la corriente y moliente así mediterránea, maja ella y tal).

A lo que vamos: Gachas NO comprende el mecanismo de la picadura mosquitil, teniendo en cuenta que, el 95% del tiempo, lleva siempre ropa puesta por todas partes salvo cara y manos. ¿Cómo una miserable trompetilla tan fina como una cerda de pincel puede atravesar el buen panty Bershkire o el calcetín gordo y dejarle la pantorrilla hecha un ecce-homo (o ecce-donna, más bien)?
Y la otra cuestión es: ¿mueren los mosquis tras picar o tienen cuerda para rato? Y también, ¿qué obtienen (aparte de sangre B +) al picar a Gachas con esa alevosía? Si ustedes tienen la respuesta, ya saben.

lunes, octubre 23, 2006

Gacce at Vaticano

Amiguitos (los que queden): después de un demasiado largo silencio administrativo (en absoluto debido a malas razones), Gachas vuelve desde su nueva ubicación: la ciudaz eterna y aperta de Roma.

Gachas confiesa no ser muy fan de la cosa italocatolicona (ni de la hispanocatolicona tampoco, que son primas sorelle), pero aquí está poniendo su mejor cara gachesca y paseando entre ruinas y turistones.
Lo que más le llama la atención a Gachas desde que está en Roma es la enorme cantidad de seres monjiformes que se ven por todas partes. Hay muchos formatos, pero muchos. Mil veces más que en su país natal: las hay con hábito color azul Yves Klein; las hay todas pequeñinas y jóvenes; las hay todas filipinas de negro; las hay de tez pálida y vestidas de azul pastel... En fin, un catálogo de verdad amplísimo. Mundo curil también hay, obviamente (es como el universo Barbie: no puede no haber Kens para amenizar), pero ahí Gachas no ha fabricado aún la tipología. Gachas está contenta al respecto y se siente muy segura por las calles de la ciudad porque sabe que estas personas tienen como un juramento hipocrático de hacer el bien por doquier, así es que si le pasa algo (tipo angina pecho, tipo apoplejía), siempre habrá un afable grupo de sores intentando desfibrilar o hacer un torniquete o lo que ellas vean que puedan llevar a cabo en ese momento.

martes, septiembre 26, 2006

Gachas sin hilos

De nuevo Gachas les da la turra con su admiración hacia lo sin cables, lo wireless, paentendernos. Esta vez es Skype, que es como llamar por teléfono sin manos. Gachas, además del consabido skype normal, se ha comprado un bono de 10 pavos para llamar a cualquier teléfono del mundo y ahora su alegría no tiene límites (y el crédito de 10 euros de Skype out no parece tenerlos tampoco: Gachas ha llamado a variopintos países durante ratos bastante largos y aquello mana y mana que da gusto).

Pero no cantemos Vicky tan pronto: Skype tiene grandes defectos y Gachas los padece todos. El 50% de la duración de cualquier charla mantenida por Skype consiste en ejercer la función fática del lenguaje, lo que nos hace parecer un poco Migueles Gila a todos. A Gachas le crece boina en sus conversaciones por skype, de tanto ejercer el "Abuelo, ¿me escucha usted bien?" vía internet, pero a la vez es tan emocionante oir la voz de, pongamos, A., que está en Pekin, y preguntarle qué hora es allí y si está en pijama y no pagar ni un duro por ello (porque el wifi era de los que se pillan de rebote).

Gachas va a decir aquí la gran obviedad: skype es hoy como lo que fue el invento de Graham Bell hace 80 años o así, ¿no les parece?
Y dicha esta gran perogrullada, Gachas y su boina se retiran.

jueves, septiembre 21, 2006

Producto interior bruto

Gachas es usuaria de zumo de naranja natural y lo pide en los bares con frecuencia. Si Gachas viviese en Lichtenstein o en las Feroe, esto sería un serio problema pues, al no tratarse de países productores de naranjas, el zumo le saldría por un riñón de la cara. Hasta aquí todos de acuerdo, pero el triste punto de inflexión viene cuando Gachas pide un zumito en un bar simple de su país y le clavan casi 3 eurazos por el vaso.

Gachas aprendió en el colegio que la Comunidad Valenciana era una región productora de cítricos como la que más (de ahí las pegatinas azules en forma de elipse que rezaban "Solita Tabernes" o "Lo que fuere Tabernes") entonces, ¿por qué el zumo de naranja cuesta en la meseta tanto o más que uno de guayaba o fruta de la pasión? Gachas se siente estafada por la picaresca nacional: Gachas no va a bares turísticos de Lloret de Mar o Benidorm a pedir sus zumos de naranja, ergo no entiende por qué en un Bar Manolo vulgar de, pongamos, Chamberí, le han de cobrar casi 3 euros por la bebida hecha con la fruta nacional por excelencia.

PERO hoy Gachas ha sido bastante feliz en relación al tema oranyús: por razones médicas, Gachas se encontraba hoy a las 9.30 am en el corazón del barrio Salamanca en ayunas. Se le ha ocurrido entonces con gran lógica entrar a un barecillo a desayunar, preparada ya para la clavada del siglo tras pedir un zumo de naranja natural y una barrita con tumaca y aceite. Chann: gran y grata sorpresa barriosalmantina: ¡le han cobrado 2 euritos por todo el pack desayuno! Desde hoy, Gachas recomienda encarecidamente visitar ese fino barrio y consumir en él los productos más distinguidos.

viernes, septiembre 15, 2006

Gachas at Hamelin

Falta la secuela de la erradicación de cucarachas rubias (o germánicas, como dijeron los expertos) chez Gachas: el señorito erradicador le dejó a Gachas por gentileza de la empresa seis ejemplares de lo que él llamó casitas. Las casitas son unos cartoncitos con techo que hay que montar como un recortable infantil. Abajo, en el suelo de la casita, hay un papel adhesivo que se despega y deja la superficie sticky: se trata de un poderosísimo veneno anticucas (una vez más, produzto). El veneno pegajoso había que complementarlo con una pastillita pegada encima que contenía feromonas y que servía para atraer a los feos insectitos, que posteriormente se quedaban presas de patas en la cartonera casita.

Gachas no acaba de comprender la lógica del erradicador: lo que Gachas necesitaba no era un atrayente de cucarachas sino más bien un repelente. Si algo no quiere Gachas es mirar dentro de la casita dentro de unas semanas y ver un grupo de bichitos espatarraos en su interior. En un principio Gachas pensó, ingenua ella, en comprar más casitas para tener de repuesto, pero el señor erradicata se hizo el interesante y vino a decirle a Gachas que las casitas eran de uso profesional y que eso no se conseguía así como así en las tiendas. Razón no le faltaba: ningún consumidor con 2 dedos de frente iría a la droguería a comprar produzto para atraer a la fea plaga. Seguiremos informando.

miércoles, septiembre 13, 2006

Gachas erradica

Gachas ha descuidado un poco este su blog debido entre otras cosas a la desinsectación que ha tenido lugar en su pisito, operación que ha obligado a Gachas a pernoctar dos noches chez los gentiles vecinos (sí, Gachas tiene una señora madre donde quedarse, pero 2 cenas y 2 desayunos en lo de su progenitora aumentarían su peso en, mínimo, 3 kgs.).

En media hora erradicaron la plaga, que finalmente resultó no estar instalada cómodamente en los rinconcillos del hogar gachesco, sino que venía de abajo remontando 5 pisos de tubería aguerridamente, emulando al salmón que nada que te nada contracorriente para desovar (corríjanme si me equivoco: el consabido documental lo vi hace ya años). Para erradicar, el señorito venía ataviado de una mascarilla, un uniforme como de laboratorio de altos estudios bacteriológicos y con una especie de bombona rellena de algo a lo que el señorito erradicador llamaba lisa y llanamente produzto. Así, al acabar la operación, Gachas, que se fue a dar una vuelta durante ese rato para no perecer intoxicada, le preguntó si había insistido en zonas como rincones, armarios de la cocina etc. El buen señor dijo "sí, sí, he echado produzto por todas partes", y le aconsejó que en 48 horas no limpiase, para así dejar que el poderosísimo produzto actuara.

Al oir la palabra "produzto", así genéricamente (no "el producto" o "un producto"), Gachas se acordó enseguida de la desopiling canción del grupo Feria (antes Les Biscuits Salées), que pone música a las frases estrella de muchas peluqueras , una de las cuales es la grandiosa "¿te echo producto?".

Hoy Gachas ya ha empezado a eliminar los restos de produzto de su encimera y de su fregadero, pero ahora tiene paranoia de haber dejado secuelas en alguna parte y que, al dejar una taza boca abajo para que se seque una vez lavada, ésta se impregne del venenosísimo produzto y después Gachas se lo lleve a la boquita y ya la tenemos liada.

viernes, septiembre 01, 2006


Avistamiento de famosos

Gachas se acordaba hoy del barrio madrileño de La Estrella, de sus calles nombradas como las constelaciones, y, en concreto, de la calle Pez Volador, que es donde vivió the former president del reino de España D. Felipe González Márquez antes de presidir esta nación de naciones. Gachas se preguntaba de dónde sacó ella esa información, que gran parte del pueblo poseía en su momento, y por ende cómo llegó a saber Gachas que el Dr. Iglesias Puga vivía en el Paseo San Francisco de Sales de Madrid; Elsa Baeza (la del Credo de la Misa Campesina, ex de Valerio Lazarov) en la calle Caídos de la División Azul (te cagas); Fabiola de Bélgica en la calle Bárbara de Braganza y la Franco Family en Hermanos Becquer (aunque les pegara más el domicilio de Elsa Baeza, a decir verdad).

¿Ustedes comparten este saber con Gachas? ¿Qué tipo de enseñanza recibió Gachas en la infancia y que le llevó a conocer esos datos?

miércoles, agosto 30, 2006

Raiders of the lost buttermilk

A riesgo de perder los aproximadamente 50 lectores diarios de su blog, Gachas vuelve a insistir con el tema karnemelk. Habíamos quedado en que en Madrid, ciudad donde durante no mucho tiempo más (je, je) vive Gachas, no hay forma humana de encontrar karnemelk, ¿sí? (para lectores que se incorporan hoy al blog). Pues bien, Gachas no ceja en su empeño y por fin hoy ha dado con un sucedáneo de karnemelk: el laban, comercializado por la central lechera Los Combos para la comunidad árabe en España (el nombre del producto aparece en ambas lenguas). El laban es leche desnatada con fermentos lácticos: una especie de yogur, paentendernos. El laban NO es karnemelk, a Gachas no le dan gato por karnemelk, pero al menos ha encontrado algo entre leche-yogur líquido y cuajada que puede hacer las funciones, como las haría en el extranjero un sobrecillo de serrano a falta de uno de ibérico (aunque sea paletilla). Gachas está semicontenta hoy por esta razón.

jueves, agosto 24, 2006

Gachas rima con cuca...

Sí, no quería asumirlo pero es así: Gachas padece de feas cucarachas en el hogar. Han venido en mayo de 2006. Años ha apareció algún cadáver cerca de la bañera o en la cocina, pero este verano Madrid es una ciudad de más de un millón de cadáveres de cucarachas chez Gachas: entre San Isidro y La Paloma ha visto (e intentado aniquilar) unas 12 ó 14.

Sí, los cepos que hacen que se envenenen, vuelvan al nido y allí maten a sus compis Gachas los tiene. Otros años parecían funcionar, este año no. El interiorismo en lo de Gachas está lleno de cuadraditos negros antiestéticos que ni siquiera sirven para erradicar la plaga. Gachas se plantea desinsectar.

En otro orden de cosas (cosas lácteas), Gachas, gracias a la ayuda del experto en quesos riojano R. P., ha encontrado un lugar en la península donde fabrican karnemelk (y además así la llaman). Está en el País Vasco, es un caserío-me-fío con página web y todo (www.lastur.net ). En concreto deben de estar en la provincia de Guipúzcoa, en la localidad llamada Itziar.
Toda esta información de poco le sirve a Gachas; los chicos de lastur no son un tele-karnemelk: por mucho que a Gachas le dé el apretón, ellos no van a ir con su vespino a hacerle entrega de un brik a domicilio. Ni siquiera puede Gachas pagar contra reembolso el envío de 5 litros de la rica leche acidófila: esas son las desventajas de los bienes perecederos. Sob, sob.

lunes, agosto 21, 2006

Mercado Común

Gachas está en Holanda en estos momentos, disfrutando de una conexión wifi robada (o quizá, al tratarse de este abierto país, puesta a disposición de la comunidad para su uso y disfrute). Gachas está entre tristísima y alegrísima: pasado mañana se vuelve a Ejpaña (pero ese no es el motivo de la alegría) y fue ayer domingo cuando hizo el gran descubrimiento del viaje: la karnemelk, una leche como ácida, como si fuese yogur de verdad liquidísimo sin azucar ni nada, como el yogur salado para beber de los restaurantes árabes pero sin sal. La karnemelk tiene menos calorías que la melk convencional (60 calorías por vaso de 200 cl.) y ofrece un sinfin de posibilidades (que si azucararla, que si salarla, que si ponerle fruta y batirla etc.).
Buscando en google "karnemelk + leche" (para que salgan páginas en castellano) Gachas ha dado con varias traducciones de este increible producto de la vaca y del hombre a partes iguales, a saber: suero de manteca (¡puaj!); leche acidófila o suero de leche. Los internautas de habla hispana parecen detestar todos la exquisita e incomparable karnemelk: la mayoría de las veces que figura el término es seguido de un warning: no probar, asco, horror, no compréis el brick con letras rojas que pone "karnemelk" etc. Ellos se lo pierden.

Gachas se visualiza en España llamando a todas las puertas de los caseríos de la cornisa cantábrica preguntándole a la Estíbaliz o Covadonga de turno si le vendería unos litritos de esa leche como agria tan rica. O, si me apuran, llamando a la embajada de los Países Bajos en Madrid y preguntándoles cómo hacen ellos para conseguir karnemelk de contrabando. Pago lo que sea.

martes, agosto 15, 2006

Qué pasó con

A Gachas le gusta toparse con el presente de seres de su pasado, de compañeras de colegio (sí, Gachas no iba a cole mixto) que ahora son cosas tan terroríficas como concejalas del PP en Colmenarejo (C. L., que parecía tan rebelde en la adolescencia, ocupa ese cargo). El otro día Gachas, ojeando el TELVA (sí, en consulta de dentista, peluquería o similar: lo típico), se dio de bruces con la antiguamente traviesa P. R., a la sazón flamante ganadora del concurso de cocina TELVA de este año con su Tarta fría de mermelada de tomate y queso Idiazábal con puerros y berenjenas (Mejor tarta salada del curso de técnicas básicas).

Gachas se ríe de lo pijas que son sus ex-compañeras de colegio, pero pagaría hasta 8 euros por una ración de tarta fría de mermelada de tomate y queso Idiazábal con puerros y berenjenas, y entonces serían ellas (o P.R., al menos) quienes reirían las últimas.

martes, agosto 08, 2006

Gachas yonqui pur

Gachas tiene un problemilla de adicción aún no tipificado en los centros de apoyo de los ayuntamientos: consiste en sacarse compulsivamente nuevas direcciones de e-mail que jamás, pero jamás va a usar. Tiene en su haber más de 20, muchas de ellas ya desactivadas porque ella misma no entra (¿para qué va a entrar, si no se las da a nadie? ¿a leer meramente el spam?) y el sistema las destruye pasado un tiempo prudencial.

Gachas fantasea con la idea de tener cada semana una dirección de mail. Se prueba las direcciones como quien se prueba camisetas o collares: ¿qué tal me queda esta?, ¿y esta otra? Así, tiene una que empieza por lamadredelospanero@ etc, otra nesgadol@ etc. ; otra gachas_at_tiffanys@ lo que sea; otra rancioabolengo@ noséqué, y así miles y miles, con sus contraseñas que después olvida, con sus preguntas secretas ("¿cuál era el middle name de su bisabuela?"; "¿cuál es el número de su tarjeta de viajero frecuente?", todas de esa índole) y sus acepto las condiciones.

Pero la fantasía mayor de Gachas es darle a cada amigo/conocido una de esas direcciones y así olvidarse una vez por todas de tener que crear las carpetitas amarillas con los mensajes de cada uno. Un Giga por amigo, sí señor.

viernes, agosto 04, 2006

Gachas gesticula

Esta tarde-noche, dentro de Los Veranos de la Villa, Gachas and friends han ido a ver Elizabeth I, espectáculo del vetusto Lindsay Kemp y sus mariachis que recreaba la vida de la polémica reina inglesa. Gachas, que lamentablemente no tiene ni idea de historia de ningún sitio, sólo sabía de esa queen que era virgen y que algo rarito le pasaba en cuestiones de género (ahora se diría así). Mediante el espectáculo, de poco más se enteró: era casi todo mimo, disciplina artística que Gachas había quedado en que detestaba tanto o más que el arte payasil (véase viejo post sobre payasos).

Gachas se fijó mucho en la géstica de los actores, tanto que pudo reconocer (y por tanto cree ser capaz de imitar ahora) los siguientes mensajes gestuales: "oh, estoy consternada"; "¿Quién anda ahí?"; "Dios mío, voy a enloquecer" y "¡Guardias, llévensela!". Gachas se ve perfectamente preparada para sustituir a Paola Dominguín (sí) en la compañía de Mr. Kemp.

El espectáculo le trajo a la memoria una escena en que los padres de Gachas, cuando ésta tenía unos 9 o 10 años, le contaron que habían ido a ver una obra de teatro sobre la citada reina en la que al final, oh, la monarca se quedaba en bolas y resultaba ser ¡un hombre! Los papás de Gachas sentían una mezcla de azoramiento y morbo muy candorosa al relatar el suceso del actor en escena mostrando su pene fláccido (digo yo) (dice Gachas). Tengan en cuenta que era la plena España de Calvo-Sotelo, en el 80 u 81 más o menos.

miércoles, julio 26, 2006

G de Gachas

Gachas tuvo que dar telefónicamente un localizador de vuelo ayer y, como la señorita telefonista que la atendió no entendía bien la dicción de Gachas, le instó a emplear el tradicional recurso P de Pamplona, B de Barcelona etc. Gachas dijo "Pe" y la señorita entendió "De". Gachas insistió: Pe, y la señorita preguntó entonces: ¿D de Dinamarca?, y ahí tuvo que emplear Gachas sus recursos geográficos y asociar letras con países o provincias de Ejpaña cuya inicial correspondiera a esa letra.

Cuando ha de hacer eso, Gachas sale más o menos del paso diciendo los típicos: Z de Zaragoza, I de Italia, N de Navarra etc, pero la pregunta surge ante un hipotético caso en el que Gachas se encontrara en Latinoamérica y tuviese que dar nombres de estados o regiones de allí, porque Albacete, Huesca o Teruel no sirvieran como referentes. Así, si su localizador mexicano fuese 7G3TCJ, por ejemplo, Gachas intentaría decir (pero le costaría) "siete, G de Guanajuato, tres, T de Tijuana, C y J de Ciudad Juárez", por ejemplo. ¿Pero y si Gachas se encontrara en Panamá? Sólo sabría decir P de Panamá y C de Canal. Lo mismo con Honduras: H de Honduras, T de Tegucigalpa y pare usté de contar.

viernes, julio 21, 2006

Gachas pide por su ciberboquita

Este post es una mera petición: no descarto que pueda desembocar en un simpático foro sobre telebasura, pero a día de hoy es un SOS que lanza Gachas desde aquí.
Sin querer dárselas de "yo no veo nada la tele", Gachas (que no ve nada la tele) les pide a ustedes meras frases de esas que tooooda la nación repite tras haberlas visto en algún programa basuril. Gachas conoce algunas de ellas, pero la más moderna data de otoño de 2005 ("¿qué pasa, neng?") y necesita algo más actualizado. Otras que conoce son viejísimas: "cuñaaao", "fistro", "Te das cuen" y así (todas del mundo chiquitistaní y de Crónicas Marcianas, como se puede deducir).

Venga, anímense con unas frasecitas. No se avergüencen: la telebasura es cultura popular. Mucha gente hace hoy su tesis sobre ella.

Y, ejem: ¿podría ser de aquí a mañana? Mil gracias a todos.

jueves, julio 20, 2006

Antioxidarse

Gachas siempre es víctima, por h o por b, de nuevos productos aparentemente muy sanos. Esta vez le ha tocado probar los dos nuevos tés verdes aromatizados (con manzana y con granada respectivamente) de Nestea. Los susodichos vienen en un pack promocional junto a dos botes de un nuevo Aquarius color barbacoa, así en tonos marrones, que no tiene pinta de refrescar nada de nada (no se diseña una lata de algo refrescante en tonos churrasco, en opinión de Gachas).

El té verde (llamado V&T) sí lo ha probado Gachas. No se ha llegado a acabar ninguna de las dos latas pero probarlo, lo ha probado (y recomienda que, en caso de verse obligado/a a elegir uno de los dos, mejor el de granada). Además de probarlo, ha hecho el test titulado "¿Qué edad tienes de verdad?", que venía junto a los refrejcos. Consistía en 8 preguntas sobre tu alimentación, tu nivel de estrés, si fumas, si bebes, si te cuidas del sol etc. Al final, los puntos que obtuvieras se los sumabas o restabas a tu edad cronológica (porque hay puntuación negativa si te portas bien y dices que no fumas ni bebes etc.), y el resultado es tu verdadera edad biológica, mira tú.

Gachas no tiene pudor en confesar que su edad del DNI es de 35 años, y tampoco lo tiene al decir que, mediante una pequeña trampa llevada a cabo en el test, su edad biológica es inferior a su edad cronológica: 33 años. Todas las respuestas de Gachas eran negativas, salvo una del estrés que le sumaba un punto, y una mal formulada sobre el sol, que también le sumaba uno (Gachas no pisa la playa ni a tiros, pero la gama de respuestas que había le obligaba a contestar "sólo me pongo protección solar cuando voy a la playa". Es que delante del ordenador, Gachas ve tonto ponerse factor 30, la verdad). Bueno, a lo que vamos: la pregunta polémica era la del ejercicio. Si respondías que,ejem, no tenías tiempo de hacer deporte te sumaban tres puntazos. El resto de respuestas posibles eran todas de las que restaban. Si Gachas se sumaba los tres puntazos ("No tengo tiempo de hacer nada de ejercicio"), su edad biológica subía a 37 años. Si respondía la mentira piadosa "Al menos trato de caminar 30 minutos al día", todo se recolocaba y Gachas se plantaba biológicamente en 33 añitos.
Y es que no es del todo mentira: Gachas a veces trata de caminar 30 minutos al día. No suele conseguirlo pero tratar, trata.

En cualquier caso, Gachas y todos los que hayan leido el folletito-test sabrán ahora pronunciar la nueva bebida V&T, ya que en el propio folleto te dicen "¿Cómo se pronuncia V&T? Uve y te. Una palabra actual, moderna, elegante, sencilla y ...fascinante". Sin comentarios gachescos.

viernes, julio 14, 2006

Hoteles sin encanto

Gachas ha hecho un práctico descubrimiento en internet: la página llamada www.tripadvisor.com . En ella, viajeros del mundo mundial (especialmente del yanqui mundo mundial) te dan su opinión sobre montones de hoteles internacionales. Ya, pueden pensar que está trucado, que son los dueños de los propios hoteles cibertravestidos de "Rachel K. L. , Milwaukee" opinando maravillas de sus establecimientos. Gachas cree que no: las opiniones que figuran en la página son variadas, argumentadas y muchas de ellas bastante cal y arenosas ("el ascensor no funcionaba pero el personal de recepción era muy servicial" y eso).

Gachas, trasteando un poco en la página, se ha puesto a buscar hoteles madrileños, a ver qué se opinaba en USA del gremio hotelero castizo. En concreto ha buscado el que está cerca de su casa, un tresestrellas nada conocido (Gachas no dirá cuál es para preservar su intimidad). Ahí Gachas se ha partido le cul de risa al leer los negativísimos comentarios de los oclajomeños o alabamenses de turno. Resulta que al lado del hotel hay, además de una espantosa sala rociera, un concurrido bar de raciones que genera multitudes que se congregan en la puerta, especialmente a la hora del cierre (suelen ser grupos oficineros que se reúnen a celebrar lo que se tercie). Pues bien, un señorito o sta. estadounidense previene al viajero de estos grupos de ejpañoles alegres mediante la frase (atención): Aggressive gypsies congregate nearby.

¡Qué buena manera de nombrar a los vociferantes compatriotas tirando a morenillos cuando se agrupan y no hay manera de que se disgreguen ni a tiros! Gachas se va a ir hoy a dormir encantada con el hallazgo, y también con las ventajas que tiene ser de países así un poco mal vistos. Facilita mucho la vida que, lo que para otros son terribles grupos agresivos de seres humanos potencialmente malignos, para ti no sean sino meros brasas gritones y porculizadores pero que no son capaces de matar ni a una mojca. Gachas, pensado esto, se ve muy capaz de ir por México DF o por Sao Paulo así a su bola, percibiendo a los potenciales agresores como meros lugareños inofensivos. Gracias, Penny Ann de Connecticut o quien seas.

domingo, julio 09, 2006

Viaje al centro del gafapastismo

Hoy Gachas asistió a un espectáculo que incluía música+un poquito de cosa visual. Era un homenaje a Samuel Beckett con música de Morton Feldman y dirección (de la cosa visual) de Archim Freyer. Por si aún no se han percatado, el espectáculo era 100% gafapastista: una hora de música llamémosla mínimal y de visualidad a cargo de cuatro actores de blanco que hacían leves movimientos y que portaban figuras geométricas negras, simples y bidimensionales, a modo de cabezas. Un espectáculo inasible, en palabras (muy precisas) de un asistente al evento.

Gachas y su amigo J. O. han salido contentos del evento: golía a vanguardia clásica, a Mitteleuropa que tiraba patrás. También un poco a Malevich, aunque el montaje en sí fuese del 85.
Gachas ha visto cómo parte del público iba yéndose a medida que avanzaba el espectáculo, pero discretamente, como avergonzados de su no comprender nada. Eso le ha hecho pensar a Gachas que el respetable puede tomar hasta cuatro actitudes posibles ante ese tipo de espectáculos:

1) Salirse a los 10 minutos, no sin antes haber proferido unos cuantos gritos tipo "¡Sinvergüenzas!, ¡payasos!", "¡Esto ni es teatro ni es ná!".
2) Salirse discretamente a los 20 ó 25 minutos.
3) Aguantar hasta el final para intentar aprehender algo, aunque por dentro se piense que vaya truñete.
4) Captar el discurso de la obra. Comprender los distintos lenguajes que conviven en ella y, en definitiva, lo que está en juego en el espectáculo. Ser capaz de relacionar todo lo percibido con otras obras de artistas o pensadores y tener ganas de charlar al respecto a la salida del teatro.

Normalmente Gachas fluctúa entre los estadíos 3 y 4 ante un espectáculo así: se le ocurren comentarios que hacer; cree distinguir cosas que puede relacionar con otras ya vistas o leidas o escuchadas, pero todo a un nivel muy pobrecito y no sin pensar a ratos para sus adentros: uff, se está haciendo un poco larguito esto.

Lo bueno de lo de hoy es que Gachas lograba sentirse en el Estocolmo de los 70: todo tan blanco (la escenografía), tanta precisión, tanta seriedad y ausencia de chusquez y vocinglerío. Y de verdad lo más bueno, buenísimo de lo de hoy es que entre el público se encontraba Javi de Verano Azul (Juanjo Artero). ¡Quién lo diría: del barco de Chank a una instalación teatral de Feldman y Freyer!

jueves, julio 06, 2006

Gachas y la piedra filosofal

Con diez o doce años de retraso, Gachas cayó ayer en la trampa y compró la famosa y new-age piedra desodorante. ¿Han oido hablar de ella? es como un mineral transparente de los que se usaban para clase de geología en 1º de BUP que, al frotarlo por la axila (en lo sucesivo, sobaco) húmeda, parece tener un efecto desodorante sorprendente. Y la piedra en sí dura año y medio (digo yo que usándola a diario, o al menos eso le entendí a la vendedora).

Gachas, para qué engañarnos, piensa que la han timado con la piedra de marras y por el momento sólo la prueba en situaciones poco comprometedoras (ej: cuando está sola en su casa durante horas). La siguiente fase es salir con ella frotada a la calle, a eventos, quedadas etc. , pero con un discreto bote de desodorante en el bolso, vaya a ser que la piedra falle.

Lo que realmente se pregunta Gachas es quién demonios descubrió las propiedades antisudoríparas del mineral. Gachas sólo puede imaginar a un naturalista canadiense, entre nerd y perroflauta, decidiendo untarse la piedra en el sobaco "por si funcionaba". ¿Y por qué probó en concreto con esa piedra y no con un hueso de níspero o un pedazo de corcho? Quizá la piedra sweatfighter sea en realidad la última de una serie de 138 productos que el buen señor (y su mujer Karen de falda vaporosa, la veo venir) restregó previamente por sus axilas hippies.

lunes, julio 03, 2006

Gachas at Cuenca

Fin de semana en Cuenca con amigotes. Turismo del que gusta a la España en democracia: naturaleza, gastronomía y cultura (ergo Gachas forma parte de la España en democracia).

Ayer en dos restaurantes, Gachas y sus cuatro amigos experimentaron en sus carnes la puesta en práctica del tan típico cartel "Reservado el derecho de admisión". Al llevar los varones pantalón corto y todos en general Ti-sherts sobreutilizados y ajados, tras un largo día de naturaleza conquense, los metres o recepcionistas de 2 lugares de esos que recomienda la gente ("si vas a Cuenca, no dejes de comer en..."), tras mirar a Gachas & friends hacían ver que uff, no había nada de sitio, para cinco qué complicado iba a ser. Todo por causa del hábito, que, amiguitos, vaya si hace al monje.
El segundo de ellos se llamaba el Figón de X (Fulano, Mengano, San Esteban, San Fernando, no sé) y estaba enclavado (atención) en la antigua casa de José Luis Perales, que lo ponía a la entrada con orgullo bizarro. Ahí Gachas pilló al tipo bien pillado: él se encargaba de recibir a los clientes en la entrada y de disuadir a los que fuese menester disuadir (léase Gachas & co.), de ahí que nos dijera que uy, estaba la cosa complicada, todo lleno etc. Gachas, ingenua ella, quiso ver el restorán por dentro, por si al día siguiente les apetecía volver (sin pensar mal del buen señor en ese momento). El señor reaccionó como si Gachas le hubiese pedido ver la caja fuerte o su ropa interior (err, verá usté, humm, emm, ejem), pero al final Gachas se empeñó y se empeñó y el tipo le dejó ver de mala gana uno de los semivacíos salones del amplísimo local. Ahaháaa: conque lleno-llenísimo hasta la bandera, mentiroso, malvado, déte Dios mal galardón.
Ahí Gachas y sus amigos se pusieron muy dignos y le dijeron al tipo que ni regalado querían su morteruelo, ni su ajo arriero ni sus zarajos. Ya ven ustedes lo que pasa por no cumplir el dress-code conquense.

sábado, junio 24, 2006

El amargo dulce ajeno

Gachas todavía tiene en casa algunos dulcecillos adquiridos (o que le fueron ofrecidos) en México. Ha ido regalando golosinas por doquier hasta que le han quedado éstas, las más incomprensibles: até de guayaba; cucharitas de tamarindo con chile; una especie de tallarines de colores que también parecen regalices rojos y verdes (raro, raro) y tabletitas de Pulparindo (de nuevo tamarindo con sal y chile). Gachas compró algunas de estas cosas para hacer la gracia, las ha ido repartiendo y ha visto cómo paulatinamente sus amigos han ido enfermando del estómago. Ahora duda si seguir dañando a sus allegados o si tirar todo eso a la basura. Su única esperanza es lograr encasquetarle (sí, doloroso verbo pero "regalarle" aquí no es lo correcto) las ambrosías mexicanas a alguien que sepa valorarlas de verdad, es decir, un nativo de México.

Gachas, que se las da de cosmopolita y abierta y bla bla, siente mucho dolor al haber llegado a esta conclusión. A Gachas le pirra probar sabores nuevos: es un hacha en lo que respecta al jengibre, que para muchos sabe a refreshing towel de avión; ama el cilantro como pocas cosas en la vida y, en general, no tiene prejuicios con el pejcao crudo (bueno, ahora de repente nadie parece tenerlos), pero reconoce que el dulce extranjero le perturba un poco. Gachas sólo acepta sin problemas el dulce de la Unión Europea (incluso el regaliz salado alemán), pero con las jellies temblonas estadounidenses, la pasta mochi japonesa que no sabe a nada pero cuya textura es repugnante y el dulce indio excesivamente mantequilloso (no me pregunten el nombre) no puede. Así es la cosa: justo en el dulce, que es donde parece estar la última esperanza de unión entre los pueblos, Gachas flaquea irremediablemente.

Nota: la cajeta o dulce de leche mexicano sí que le gusta a Gachas y mucho. En ese punto podría comenzar a establecerse el diálogo intercultural, sí señor.

domingo, junio 18, 2006

Gachas entomóloga

Faltaba algo que contar de México: la inevitable ingesta de insectitos, considerados allí manjar sin par. Precisemos: Gachas no llegó a ingerir ni escamoles (huevos de hormiga) ni chapulines (microsaltamontes rojizos con inocente pinta de hebras de azafrán) pero sí llego a tener en el plato una especie de canapé de caviar blanco hormigueño que volvió a dejar en su sitio (Gachas sabe que eso no se hace) nada más conocer la desagradable noticia.

Como era de esperar, todo el grupo patrio que compartía mesa con los tres lugareños anfitriones comenzó a hacer bromas chuscas sobre los chapulines colorados (de ahí probablemente el nombre del bizarro personaje de Galavisión) y los minihuevos de cero yemas, hasta tal punto que uno de los anfis se ofendió un poco ante la paletez espagnola haciendo ver que eran platos carísimos.

Gachas trata de imaginar una situación paralela en la que, ante la visión de sendos platazos de jamón y lomo ibéricos, unos yanquis hicieran bromitas y risas estúpidas al respecto. Gachas puede comprender no comer jamón por temas como colesterol o mi-religión-no-me-lo-permite, pero de ahí a que se bromease acerca del embutido ibérico va un abismo. Aparte, ¿cuál sería la broma posible respecto a una loncha de jamón con veta soltando todo su esplendor en el plato? Gachas no logra verla.

(Qué post patriota y cuasi aznarista le ha quedado a Gachas. Miedo se da a sí misma).

viernes, junio 16, 2006

Viaje al centro de Gachas

Una tarea que gusta sobremanera a Gachas es la de visitar los entresijos de su contador de visitas, sobre todo la sección "search by location". Ahí aparecen las banderitas de los países de todos los visitantes de Gachas. Spain se lleva la palma, obviamente, pero también de repente aparece el Guayominí (por Ms. T, cómo no) y en ocasiones países inauditos como the Netherlands, Rumanía o Malasia (¿Sandokan entra en Gachas?).

Pero la cosa no acaba ahí: Gachas, que todo lo ve y todo lo controla, puede saber las razones por las que esos seres han entrado en su blog. Muchos lo hacen por interés gachesco (Gachas se congratula), de ahí que en su url de acceso figure www.gachasattiffanys etc. Otros lo hacen de casualidad, tras haber buscado en google algo que, mira tú por dónde, aparece en Gachas. Vale, también es legítimo. Así, nos encontramos con alguien que tecleó "Isabelle Huppert" en su buscador y que fue irremediablemente remitido/a a Gachas (como lo habría sido de haber tecleado "ultramarinos", por ejemplo). Lo mismo con alguien interesado en la mortadela Mickey, a la que Gachas debió de dedicar un post o fragmento de post hace ya tiempo. Pero lo más sorprendente y que hace ruborizar a Gachas hasta extremos insospechados es alguien de México, con quien Gachas probabemente se cruzara por la calle la semana pasada sin que él (todo apunta a que se trataba de un "él") lo supiese, ya que en ese bello país acaba de pasar Gachas unos días. A lo que vamos: ese alguien andaba buscando en la red de redes "fotos de chicas con la pocha abierta". A Gachas no se le caen los anillos de plástico por eso, faltaría más. Le parece legitimísimo buscar fotos de chicas con la pocha abierta (¡qué grafiquísima la variante dialectal, my God!), tanto o más que buscar información sobre Irene de Grecia (que también hubo quien lo hizo) o sobre brotes de soja. Lo que no entiende Gachas es cómo google ha remitido al usuario mexicano al su blog. Misterios de la búsqueda booleana.

(Quizá algún lector malpensado haya llegado a sospechar que fue la propia Gachas quien buscó esas fotos desde Mex y al autodescubrirse con las manos en la masa ahora trata de disimular de esta forma mezquina y burda. Piensen lo que quieran con sus mentes sucísimas, a Gachas se la trae floja).

martes, junio 13, 2006

Gachas con chipotle

Que alegria sin tildes tiene Gachas al comprobar desde el Aeropuerto del DF (parentesis: es detestable pero detestable la gente ibérica que dice con naturalidad "el DF"). Pues eso, que Gachas penso que su ultimo post no se habia colgado como Dios manda y resulta que si, y resulta que catorce amigables comentarios tiene.

Gachas ya se va de Mexico. Le ha dado tiempo a vomitar el picante, a probar el cuitlacoche, el huchepo, la corunda, la jicama con cajeta y el rompope. Entre los souvenirs que lleva en su maleta no se hallan mascaras de lucha libre ni muñequillos del wrestling mexicano ese, pero si (como no) dulces de tamarindo con chile, jabones con hechizos bizarros para hombres y mujeres y la tradicional bolsalacompra de cuadros mexicana que ustedes mismos pueden adquirir en las tiendas trendies de sus ciudades natales. Gachas ha visto mucha provincia mexicana y en cambio cero De-Efeismo. Ha visto el Mexico central porque la mision de Gachas y su grupo (ahora a Gachas le cae mazo bien el grupo y los quiere a todos y no quiere separarse de ellos, sniff) era esa. Otro dia habra mas. Perdon por la ausencia de tildes.

miércoles, junio 07, 2006

Gachas at Tiffanitepetl

En el mundo maya que está Gachas ahora, en misión especial con un grupo de alegres y bromistas compatriotas. Dirán que qué morro tiene Gachas, que la invitan a México 9 días a cuerpo de reina. Sí, morro tiene, pero ustedes no saben lo que es estar todo el fucking día con 10 compatriotas desconocidos en fregoneta, comiendo, cenando, desayunando y recogiendo información sobre lo que nos ha traido aquí (reportar: semos reporteros casi todos. Algunos fotógrafos).

En los 2 días que lleva en México en lo que más se ha fijado Gachas es en la poca incidencia de la alopecia masculina aquí: qué sanotas cabelleras tienen los varones. Desconocen la entrada, la tonsura, el tener dejarse mechones en la coronilla para disimular lo indisimulable etc.
Otra cosa que mola mazo de aquí y que convierte inmediatamente a Gachas en una despreciable gafapastista por la actitud que muestra hacia ello es el letrerismo bizarro: Gachas no hace más que sacar fotos de letreros tipo "Enfermedades de la mujer exclusivamente"; "Fabor de no orinar aquí"; "Estudio de la pareja estéril" (en consulta de médico); "Restaurante La Fe en Dios" etc. Otra cosa que hace Gachas es pasear por mercados y puestos callejeros y creerse muy enrollada por hablar con los tenderos sobre sus productos. Tanta Casa Encendida y tanto Lavapies han convertido a Gachas en un ser insufriblemente petulante y de apariencia campechanísima que lo que busca en los viajes es "conocer cómo vive la gente del lugar". Puaaaj. Pero si no hay nada como ir a la carrera viendo retablos, pechinas y fachadas barrocas.

domingo, junio 04, 2006

Maneras de pringar (II o incluso III)

Gachas siente debilidad por aquellos que, en el momento de decantarse por una marca/sistema de vídeo/ordenador etc. eligen el que nadie tiene y, por tanto, el que acaba dándoles más quebraderos de tête. Ya se ha tratado en Gachas el tema de los incautos que compraron vídeo 2000 en vez de VHS o Beta (estos últimos, también incautos pero con efecto retardado). Ya nos hemos reido bastante de ellos, por eso Gachas cambia de colectivo y dirige su atención al de los usuarios de cajeros automáticos. Como bien sabrán existen 3 modelos principales: Servired, 4B y la tristísima o graciosísima Red 6000. ¿Alguien de ustedes tiene un tío que trabaja en la caja de ahorros agrícola de no sé dónde y por eso tienen ahí la cuenta a pesar de que para encontrar un cajero Red 6000 se las vean y se las deseen? Servidora no, pero una buena amiga suya inteligente, aparentemente equilibrada y práctica sí.

Gachas no entiende nada. No entiende por qué la peña se autodificulta la vida de esa manera. Gachas ríe cada vez que ve el logo Red 6000 en un cajero, y es tan pocas veces que Gachas no tiene oportunidad de reir mucho, la verdad sea dicha.

miércoles, mayo 31, 2006

Gofio picón

Amiguitos peninsulares: ¿conocen bien las islas Canarias y sus peculiaridades? Dirán que sí, que fueron con Halcón Viajes o con Marsans en más de una ocasión. Pero lo que yo les pregunto es si, aparte de los resortes hoteleros, tuvieron oportunidad de conocer las peculiaridades de los isleños. Si la respuesta es "sí", entonces lo sabrán todo sobre los usos de esa extraña harina de cereales llamada gofio.

Gachas, que sólo fue a Canarias una vez con sus padres cuando aún era prepúber, sabe del gofio por su amigo canario L. F. El gofio, según ha podido comprender Gachas, es como el joker de la baraja: que los canarios se hacen un potaje canario, pues ahí está presente el gofio ese; que se toman un colacao, pues le echan gofio también; que se preparan un solomillo Strogonoff, pues lo aliñan con un poquito de gofio. Gachas no quiere ser snob y arrugar la nariz ante la costumbre insular de engofiarlo todo, pero en fin, sus risillas le provoca ver a L. F. buscando por todas partes su harina posguerrista esa para echársela ahí donde un godo (nombre que los isleños dan a los peninsulares) no echaría sino un puñado de sal o un chorrito de aceite.
¡Qué juego le da a Gachas el post gastronómico! Y más que seguirán, amiguitos.

martes, mayo 30, 2006

Más homenajes

Gachas sigue autohomenajeándose: en el post de ayer omitió señalar que, además de la lata de boletus, también adquirió en el delicatessen de su barrio (que NO es el ultramari, pero que podría serlo porque también hincha los precios que da gusto) un bote de codornices en escabeche para cenárselo ayer junto con la pasta. Al acabarse el platopasta, Gachas se dio cuenta de que come con lo ojoh y se pensó dos veces lo de las codornices, porque hambre, lo que era hambre, ya no le quedaba.

Pero hoy sí, amiguitos: de aquí a hora y media Gachas se estará zampando dos ejemplares de Coturnix Coturnix alegremente, aunque sin pensárselo mucho porque, en el fondo, comer pajaritos es una cosa un poco repugnante. Es por el vinagre que Gachas lo hace. Sólo por el vinagre.
Gachas is living a celebration

Hoy ha sido el cumple de Gachas, que ha pasado sin pena ni gloria por aquello de caer en lunes. Como es mañana cuando tiene pensado celebrarlo, Gachas se había hecho a la idea de que hoy iba a ser un día megasosete y lo aceptaba. Y sí, salvo por las simpáticas llamadas y sms de sus allegados, todo ha sido bastante poco reseñable. A eso de las 8 y volviendo a casa, Gachas se ha visto en la necesidad -cuasi obligación- de darse un homenajillo, por pequeño que fuese. Las drogas y la gastronomía son las mejores maneras de autohomenaje que Gachas conoce y, no siendo aficionada a la primera, se ha comprado una lata de boletus edulis para añadírselos a los tallarines de por la noche y santas pascuas. En una etapa anterior a la compra de la lata, Gachas contempló la idea de ir a un take-away japones y darse una de makis, pero (como ya explicó en algún viejo post) Gachas sabe que la ingesta de comida japo en el hogar no sabe ni la mitad de bien que en el restaurante, así es que se ha decantado por el buen hongo.

No, no compadezcan a Gachas porque haya cenado solipandi un plato de tallarines verdes de espinaca con boletus, que después ha estado charlando un buen rato por teléfono con amiguitos de Alemaña y, para rubricar el día, ahora está escribiendo esto. ¿Acaso conocen formas mejores de pasar el cumpleaños? Gachas no muchas, la verdad.

domingo, mayo 28, 2006

Tocomocho con solera

A riesgo de cansarles con los posts sobre el ultramarinos regido por espanioles donde Gachas sabe que NO debe comprar pero aún así compra a veces, inserto aquí uno más que es una mera anécdota para que vean ustedes que la picaresca espanyola corre por las venas de todos, incluidos los afables y aparentemente-honraos dueños del ultramarinos donde Gachas sabe que NO debe etc.

Va Gachas y pide una red de naranjas de zumo en el ultramari. Va la señora superdióptrica que despacha en el ultramari y le intenta encasquetar una que incluye una naranja modalidad Cabrales, con su capa de moho verdusca y gusanil. Gachas, avispada, dice: oiga, buena ultramarinera, que a ver que pasa, que aquí hay una naranja pocha y tal. Lo primero que se le ocurrió a la caradura de la ultramarinera fue rasgar la red para sacar la naranja malograda y venderle a Gachas la red abierta, me pregunto si con o sin descuentillo. Gachas le paró los pies y dijo que nanay, que mejor otra red. La ultrasailor va y le da otra que también contaba con, al menos, una naranja estropeada. De nuevo la misma reacción chez Gachas: que oiga, que adónde va con esa red, que tiene un fruto pocho.

La señora manda al chicolatienda al almacen a sacar otra bolsa (porque cara al público ya no quedaban más) y Gachas se fija bien en que no ocurriese lo mismo que en las otras dos. No. Bien, Gachas se lleva su red y se va a casa. Allí se da cuenta de la triste verdad (Gachas lleva colgado un monigote metafórico de papel en la espalda): de nuevo ha sido engañada por los dueños del ultramarinos; la red de naranjas había sido abierta (entiende Gachas que para quitar la tradicional pieza pocha que parece haber en toda red que se precie) y anudada de nuevo cutremente para que incautos tipo Gachas picaran y, sobre todo, se fuesen a su casa orgullosos de que a ellos no les dan gato por liebre, pues buenos son ellos.

sábado, mayo 20, 2006

Un post de follar

Hace unas semanas Gachas entró en un locutoire para consultar su correo, al no encontrarse en el buen Madrid (pero sí en España, aclaremos). Al lado estaba un joven de unos veintimuchos (no, qué coño, un treintañero) chateando con el fin de quedar para copular (¿que cómo lo sé? porque llevo gafas graduadas, amiguitos). Se estaban presentando sus atributos y sus gustos sexuales españoles y, en un momento dado, la hipotética "ella" va y escribe algo así como:"soy muy viciosa, me gusta incluso a cuatro patas".
Hasta aquí la anécdota. Gachas se fue y no pensó mucho más en los jóvenes chateantes, pero sí que se le quedó lo del "soy muy viciosa". La peña se autoconsidera viciosa porque entiende que se aparta de lo sexualmente normal, digo yo (dice Gachas). Es decir: lo que se salga de misionero y besos, es "soy muy viciosa". ¿Creen que ese era el razonamiento de la joven chateante? Gachas duda, no sabe a qué atenerse. En cualquier caso, qué violento y farragoso es que uno/a tenga que explicar cuán o cuán poco vicioso/a es así al detalle a un interlocutor. ¿Cómo se mide el nivel de vicio? (esa señorita parecía tenerlo claro).

jueves, mayo 18, 2006

Neodonuts

Gachas quiere compartir con vds. un descubrimiento que ha hecho hoy en el célebre ultramarinos regido por espanioles de su barrio (que figura en viejos posts como éste). Resulta que ahora, además de los populares donettes (o quizá en lugar de los populares donettes) están los Mini Donuts ("mismo sabor pero más pequeños" o algo así reza el envase). Gachas, que estudió un poco de marketing y de comunicación y esas cosas, intuye que ahí ha habido una problemática comercial, intuye que las ventas del donete no han sido las deseadas y que ha habido que realizar un estudio de mercado para ver por qué el donut grande sí pero el donete no. Gachas visualiza perfectamente al grupo de discusión en el que se hablaba del tema: que si el azúcar ese del donuts es insuperable y el donete no le llega ni a la suela de los zapatos, que si sabe harinoso el donete y el papá donut no, y así constantemente.
Gachas, otrora voraz consumidora de donuts sin chocolate (el chocolate del donut con chocolate es una mera capa de azúcar glaseada marrón, lamento comunicarles), ahora ya no prueba ni esos, ni los otros ni los de más allá. Hace como 5 años le dio un bocao a un donut normal y ahí supo que era adulta sin vuelta atrás: el sabor a industria alimenticia, que su paladar infantil no captaba ni a tiros, se le hizo intolerable. Así están las cosas chez Gachas.

martes, mayo 16, 2006

La gacha gabacha

El tema que nos ocupa après la visite a la expo de fotos de Isabelle Huppert es la hegemonía cultural de Francia en el mundo contemporáneo (o la no hegemonía, más bien). Gachas cree firmemente que Francia, en lo que se refiere a las artes, está más acabada que ¿el alcoyano?, ¿el rosario de la aurora?, ¿el Doctor Cabeza? (¿alguien sabe cuál es la expresión correcta, si es que es alguna de ellas? Busco en google y me salen otras como "estás más acabado que Héctor del Mar/que las maracas de Machín/ que el siglo XVIII/ que la Falange/ que Bonanza/ que Los Chichos". Elijan vds.)
Centrémonos: Gachas opina que Francia ya no tiene mucho que ofrecer en cuanto a tendencias y artes y cosas así. El bonito París es muy bello, eso no se lo quita nadie, pero no sale del rollo baguette bajo el brazo, boinita ladeada para chicas y simpáticos bistrós amelíticos que, todo sea dicho, empiezan a estar más pasados que... (véase el primer párrafo).
Francia está cansada de protagonizar revoluciones francesas y mayos del 68 y por eso ya no le queda energía para lanzar bandas de rock legendarias, artistas visuales polemiquísimos etc. Lo que a Gachas no le queda claro es si lo sigue intentando (Francia)o si ya directamente ha tirado la toalla y se limita a copiar lo que ve por ahí fuera en Londres o en otros lugares anglogermánicos. De ahí que (opinión de Gachas) sólo le quede la baza de explotar a sus dos estrellonas de la cultura: Michel Houellebecq e Isabelle Huppert, y pare usted de contar. A esos los tiene como Leopold Mozart tenía a sus hijitos Wolfi y Nannerl: de palacio en palacio, siempre trashumantes para entretener a la aristocracia. Lo mismito estos dos: que si una expo de fotos, que si un ciclo de cine, que si un libro polémico ambientado en la Almería malrollista del futuro, que si unas declaraciones polémicas sobre el Islam... Pobre Francia.

sábado, mayo 13, 2006

Gachas sí es-no es

Gachas no eligió ser Gachas: vino al mundo y ya era Gachas y Gachas se quedó. Así, en resumen, funciona la cosa para todos, amiguitos.
Bueno, a lo que vamos: hay otras personas que no son Gachas pero que a Gachas bien le gustaría que sí lo fueran (o ser ella esas personas y por tanto no ser Gachas anymore). Esas personas son, principalmente, Isabelle Huppert y Natalie Portman.
¿Así que esas tenemos, Gachas?, podrán pensar ustedes. Nada de querer ser Marie Curie o Simone Weil, nada: Gachas quiere ser ora Natalie, ora Isabelle porque sí, porque son guapetonas y finas y listas cada una en su modalidad. Y sobre todo Mme. Huppert, ¡qué remalvadísima es! Gachas aún no ha ido a ver la expo de retratos que le dedican pavos varios en el Jardín Botánico de Madrid (típico lugar para exponer fotos de Isabelle Huppert) por no deprimirse mucho ante la presencia vicaria de esa gran pero gran dama del cine gabacho.

viernes, mayo 05, 2006

Buen reventador será

Cachis, otro post más que parece dedicado a residentes en Madrid, y de verdad que a Gachas eso no le mola nada, lo de ejcluir y tal. Pero a lo que vamos: además del tal Lars (al que se le dedica un post de hace unos meses que ustedes comentaron profusamente), reventador profesional de actos culturales madrileños, contamos con la figura de Xuan Tobi, con el que hoy Gachas ha coincidido en un acto. El pobre Xuan no es un reventador tan avezado como Lars: el pobre Xuan es majete, está interesado en los actos a los que acude y tal, lo que ocurre es que es lo que ahora se conoce como "friki" y antes como ______ (¡no logro traducir la palabra "friki" al lenguaje de hace 10 años!, Brrr!), y las preguntas que hace son ininiteligibles, pero nada más que ocurre eso.

Xuan Tobi es ese entrañable hombre en mal estado perpetuo que se pasea por los bares tratando de leerte el futuro, el presente y el pasado (sic), y al decirle tú que no (como sucede en el 99,9% de los casos) te insta a apuntar su nombre y su teléfono en un papelín. Si pa que se calle sacas un boli y una servilleta de papel, él te lo dicta y te dice primero su nombre ("Juan, pero con X") y después su teléfono, por si algún día necesitares sus servicios.

¿Algún encuentro con Xuan por parte de los simpáticos lectores de Gachas?

miércoles, abril 26, 2006

Tuna Sandwich

Gachas no va a caer en el tradicional post bizarro sobre la Tuna (ya que, previamente, ha caido en el tradicional post bizarro sobre payasos), pero no se puede resistir y va a comentar sí o sí un aspecto concreto acerca del triste-alegre grupo de undergraduate juglares españoles: el horror de encontrárselos en pleno extranjero.
A Gachas le sucedió a sus doce añitos: la llevaron sus padres gachescos a conocer París el verano entre sexto y séptimo de básica y allí, en una terraza cercana a la Ópera Garnier, estaban los alegres y velvety chicotes de pantalón abullonado entonando Clavelitos, Sola se queda Fonseca y demás. ¿Álguien tiene alguna experiencia parecida de avistamiento de tuna en país extranjero? Gachas imagina que las tunas sólo van a países que ellos consideran "hermanos" culturalmente, véase Italia, Francia o Portugal. No puede (ni quiere) imaginarse a los trovadores de Industriales en pleno Goteborg o en Leipzig, aunque no sé por qué me da que más de uno se ha dejado caer por Praga a ver si le caía alguna corona checa. Insisto, ¿algún testimonio al respecto?

jueves, abril 06, 2006

Bloody groups

Antes de nada, Gachas aprovecha aquí para saludar a los 2 ó 3 lectores que le deben de quedar ya en este su (casi ex) blog.

El tema que nos ocupa es la sangre y su agrupación en Aes, Bes y Ceros positivos y negativos. Los que seáis tan matusalénicos como Gachas conoceréis (o incluso poseeréis, ¡afortunados!) esos carnets con 3 ó 4 fotos de vuestra sangre en distintos momentos ("anti A", "anti B", "control"), que más que roja era marrón café cortado. Gachas nunca accedió a su carnet sanguinolento, pero gente algo mayor que ella (que a puntito estarán de cumplir los cuarenta) sí.

Pero lo que siempre ha preocupado mucho a Gachas ha sido el tema donaciones y transfusiones. Gachas, que es B+, sabe que su grupo sólo puede recibir de sí mismo y del famoso y pringadísimo "donante universal", que debe de ser el O+ o el O-, ahora mismo no sé. Gachas siempre quiso ser del grupo receptor universal, por si algún día se accidentaba, para que le sirviesen cualesquiera sangres. Gachas es egoista.

Otra tradicional anécdota del mundo grupo sanguíneo es el momento de estudiar (en EGB) las sangres compatibles e incompatibles para procrear. Gachas se asustó mucho al leer erróneamente en su libro de texto de Naturales que el grupo tal y el grupo pascual, a la sazón grupos de los papás de Gachas, no podían generar una Gachas B+. Ahí las tradicionales fantasías gachescas de creerse adoptada (que todos tuvimos alguna vez, no lo nieguen) dejaron de serlo para transformarse en hipotética (y terrorífica) realidad durante unos minutos (hasta que la seño escolar desfizo el entuerto explicando bien el párrafo que Gachas no entendía).

Y qué decir de la medallita de oro o plata con el grupúsculo huecograbado: Gachas está segura de que el personal sanitario de los hospitales NUNCA hará caso de esas medallitas cuando hayan de transfundir sangre al portador de la susodicha joya, así es que hagan el favor de dejar de fabricar esa memez.

domingo, marzo 12, 2006

Payasismo

La figura del payaso es una de las más detestables del universo, en opinión de Gachas, que ya de pequeña no reía en absoluto con el humor de los narices coloradas. La mamá de Gachas no comparte esa opinión y tiene en su casa la tremebunda y tradicional estatuilla de un pachaso que toca una especie de bandoneón. Gachas no va a entrar en si fue un regalo de algún matrimonio amigo de los progenitores A y B de Gachas o si fue el mal gusto de su señora madre lo que provocó la entrada del susodicho en el domicilio de Mr. and Mrs. Gáchez, pero ya les vale no haberlo tirado a la basura todavía. La queja repentina de este post viene tras un conato de accidente doméstico que tuvo Gachas el sábado en su visita semanal a casa de doña su madre: buscando no sé qué papeles o fotos viejas de la estantería de los libros, cataclón, le cayó encima el pachasoloscojones y a punto estuvo de partirle un diente. Gachas mellada por culpa de un payaso ni siquiera de Lladró. Si hubiese ocurrido, Gachas no habría dado por válida esa parcela de la realidad.

martes, marzo 07, 2006

Der fliegende Hollander

Este post está más bien dirigido a los que viven en Madrid, pero no se sientan excluidos los demás, porfa: seguro que en sus lugares de residencia también hay personajes que tienen tanta tela marinera (navy cloth) como el que aquí nos ocupa. El buen señor es noruego o sueco o escocés, de los que encanecen muy plateadamente. Lleva barba y pelo larguísimos, tipo padre Abraham o tipo el personaje ese de Érase una vez el hombre, que te explicaba la historia de Occidente en un plisplas.
A lo que vamos: el buen señor, al que llamaremos Lars en homenaje a su quizá compatriota Von T, tiene la virtud de reventar los actos culturales más pintones de Madrid con sus preguntas. Me gusta especialmente (aunque sufro por ellos ) ver las caras de los moderadores y ponentes de las mesas cuando llega el momento de pasarle el micro al buen señor: eso es lo malo que tiene la vida en un clima de democracia y tolerancia, que no vale decir "no, oiga, usted no pregunte que es un brasas de mucho cuidao". Lars, que siempre habla en plural de sí mismo (dice "nos hemos estado en...", "nos fuimos ayer a...". Nos es él mismo), mete su particular chapa y acaba con una pregunta para pillar a la estrella del show. Normalmente intenta agarrarle de los huevos por el lado de la ética y el otro buen señor o señora, no queriendo quedar como un rancio facha, hace lo que puede para salir del paso.

¿Conoce alguien de ustedes a ese entrañable personaje del que hablo? ¿podrían referirle a Gachas alguna anécdota acerca de él?

viernes, febrero 24, 2006

Merchandising maligno

Gachas aprovecha el espacio que tan gentilmente le cede por ahora blogspot (inminentemente habrá que pagar por esto: cuando se apunte el bloguero un millón, zas, nos ponen cuota de adhesión como que me llamo Gachas) para denunciar la fabricación de lápices flexibles como de 1 metro de longitud con los que obsequian a la peña sin venir a cuento entidades varias como por ejemplo, La Caixa.
Gachas tiene en casa un lápiz de esos desde hace un año más o menos y sufre a diario sus consecuencias. Como lápiz no vale una mierda: no hay cuchillita de sacapuntas que le genere mina a aquello, que no es de madera sino de plástico. El grafito es de una ínfima calidad y, caso de lograr finalmente sacarle punta al engendro, sería incomodísimo tratar de escribir con él pues se vencería por el peso y la desmesurada longitud.
Vale, quizá Gachas no ha comprendido que ese tipo de lápiz es un mero Theodor adorno, no es para usarlo sino para que alegre nuestros escritorios, nuestros cubiletes de bolis y retus que no pintan. Ahí lo tiene Gachas, en el cubilete de la mesa de trabajo, y desde aquí lo está viendo curvarse estúpida y anodinamente. Detrás de ese lápiz inútil hay, cómo no, un diseñata, pero también operarios, control de calidad, distribución, logística y transporte y petroleo para fabricarlo. Gachas prefiere un buen Lladró a la memez del lapicero flexible ese. Ni pa niños mola, que no son tontos los críos, que a los 5 minutos se dan cuenta de que es un fiasco el puto pencil. ¡Brrrr!

viernes, febrero 17, 2006

En torno al pijamismo

Lo de Gachas ya no tiene nombre: está blóguicamente perrísima, así es que de nuevo les encasqueta un temita para que lo piensen en sus casas. Hoy el tema es Las Pijama Party o fiestas de pijama. El pasatiempo más frecuentemente soñado por Gachas en su infancia consistía en ir a dormir chez sus amiguitas, cenar, ponerse los cursis pijamas, darse de almohadazos durante varias horas hasta quedar completamente sofocadas y después, ya en la penumbra, emitir comentarios tontos y risitas más tontas aún. Gachas disfrutó pocas veces de esta modalidad de ocio porque sus viejos eran mega rancios y pasaban de esos planes, así es que los sigue añorando aún en su vida adulta (se añora sobre todo lo que no se tuvo, por si no lo saben).

Aquí va el encasquetamiento del día: un artículo serio y bien documentado sobre las consecuencias psicológicas de las pijama party en las niñas. Gachas les proporciona unas ciberjoyitas que no se las merecen. Que lo disfruten:
http://www.redsistemica.com.ar/pijama.htm

jueves, febrero 09, 2006

Modales en el aula

Gachas, y muchos de ustedes seguramente también, conoce de oidas las costumbres de los young adults yanquis en las aulas universitarias. Algunos amigos/as de Gachas que son profes le han contado que se tienen que morder la lengua ante el típico alumno yanqui sobrao -más que alumno, cliente- de la University of Reno in Alabama Valley de turno con sucursal en Ejpaña. Se llevan cafeses del Starbucks a clase, ingieren fruta, bombones, galletas Oreo, maltesers (ahí les alabo el gusto) en plena lección sobre La Regenta o sobre la Generación del 27. A Gachas no le parece bien que se compagine la clase magistral sobre los iconos emblemáticos de la cultura espaniola con la ingesta de guarreridas extranjeras kola-malteadas. Gachas, que disfrutó de una Erasmus en París (pero de eso hace ya taaaanto tiempo), tuvo ocasión también de ver allí al alumno gabacho e internacional ingiriendo yoplaits con cucharilla en plena clase!! y haciendo sin pudor el ruidito de rebañar cuando ya le quedaba poco.

Gachas cree que este fenómeno no se podría dar en las aulas estatales porque impediría la práctica del deporte nacional universitario: la toma compulsiva de apuntes al pie de la letra. Imposible la idea de un/a estudiante celtíbero sujetando con la izquierda el café latte del Starbucks y con la derecha tomando el apunte correspondiente (o viceversa, si es zurdo como Gachas).
Como soñar no cuesta nada, Gachas se imagina bonitas situaciones insólitas para el mundo yanqui que se podrían dar si nuestros estudiantes de intercambio o con beca en EE.UU. sacaran en las aulas de Princeton o de Yale sus buenos tapers de boquerones en vinagre (con mucho ajo, que el ajo perturba en otras culturas), sus latas de mejillón en escabeche, sus patatas bravas... en fin, la tan codiciada y popular tapa. Pero Gachas sabe que se irá al otro barrio sin tener ocasión de verlo.

jueves, febrero 02, 2006

Gachas combate la desidia

Gachas asume su poca pulsión posteadora de esta temporada, no porque esté tristona o desganá, más bien por haber perdido un hábito que cuesta recuperar y también por deberse ella misma a otras escrituras con deadline de ese. Como suele pasar en estos casos, el recurso más fácil para Gachas es hablar de algún personaje bizarro, que, gracias a Dios, nunca faltan, o de sus propios hábitos alimenticios gachescos. En este post se matarán dos ucells de un tiro y se hablará tanto del Doctor Christian Barnard como de los dolmades (esos rollitos de arroz acitronadísimos y envueltos en hoja de parra que se comen en los sitios de kebab o en los restaurantes griegos o en los cuartostares de las casas de la gente que los compra enlatados, como hace Gachas últimamente. También se llaman dolmas o, en ladino, yaprakitos).

Empieza Gachas con el tema dolmades: de adicción se puede calificar su interés repentino por ese alimento. A Gachas le gustan en general los alimentos contabilizables en piezas (croquetas, albóndigas, buñuelos de bacalao...) porque así puede calibrar más o menos si se ha pasado o no en la ingesta. Aunque en realidad todo lo que uno quiera es contabilizable en piezas, llamándolas platos o raciones. A lo que vamos: que a Gachas le da muy buen rollo el idemito de arroz y hoja parra. No le ve los defectos por ningún lado, sólo las virtudes: suitable for vegetarians, dieta mediterránea ancestral, poco engordante... Gachas se siente cretomicénica cada vez que se abre una lata de esas, se siente parte de la civilización grecolatina, se siente indoeuropea, se pone en conexión con sus ancestros en un par de mordiscos. Gachas reivindica el dolmades como tapa en los bares de Ejpaña, incluso en los llamados La campana leonesa, La catedral de Zamora, La pilarica. En esos también, en esos más que en ningún otro.

Y ahora el tema Barnard: a Gachas, el concepto hombre blanco nacido en Sudáfrica ya le parece bizarro per se (habría que revisar, entonces, el término "bizarro", que a este paso va a ser bizarra hasta Björk), pero más aún si además es pionero en transplantes de corazón y, en medio de su primer trueque de cuore, suelta en afrikaans las palabras "Jesus! Dit gant werk !" ("¡Jesús, esto va a funcionar!"). Con esa reflexión y con un link a una página donde sale una foto del susodicho padre del transplante de corasónlatino les deja Gachas:

http://www.atcpasturias.com/barnard.htm

jueves, enero 26, 2006

Gachas vuelve a volver

Qué vergüenza, así cómo va a mantener Gachas la llamita bloguera encendida, con esta inconstancia y esta desidia. Dejé de postear el día del Requiem de Mozart y ayer ya estaban dando con El País la obra para flauta. No sé si eso les da idea del tiempo transcurrido, no sé si los coleccionables de los periódicos son una manera de calcular la ausencia. Gachas cree que sí. Gachas está mazo poética en su segunda vuelta.

A lo que vamos: el tema de este post es, una vez más, la tecnología, y en concreto, la actitud de la peña ante la tecnología. Gachas detesta al pavo de turno (también se da chez les femmes, pero es más frecuente que sean jjombres los que incurren en la fea actitud que sigue) que te hace ver lo atrasada/o tecnológicamente que estás y se te ríe en las narices. Hace unos 5 años, cuando Gachas tenía conexión corriente y moliente a internet (o hablaba por teléfono o navegaba, ambas cosas no podían ser), un pavo yanqui le hizo ver a Gachas que "you are in the stone age" porque él tenía ya su router y su wifi instalados en casa y (palabras textuales aunque traducidas) podía dar la orden de imprimir desde la cama. A día de hoy Gachas, que tiene ADSL pero no wifi, sigue sin poder imprimir desde la cama y a menudo se pregunta si eso supondría una gran ventaja o no, ya que, en cualquier caso tendría que ir a recoger las hojas a la habitación donde está la impresora y por ende, levantarse de la confortable cama.

Pero lo peor de todo esto es que la propia Gachas, que desde que tiene reproductor de MP3 está que no caga, el domingo pasado le hizo burla en las narices a su amigo y también bloguero DjFlow al ver que éste llevaba un discman por la calle, ¡un rancio y circular discman! Gachas se siente ejemplo de una fábula de Samaniego postmoderna, aunque la historia sólo funcionaría como fábula si fuese al reves cronológicamente: primero ella se burla recurrentemente de los que usan Discman o video en vez de DVD etc. para después sufrir en sus carnes la burla del yanqui que se carcajea de ella porque no puede dar la orden de imprimir desde debajo del edredón; un poco tipo "Arrieritos somos" o "Ríe mejor quien ríe el último".

lunes, enero 09, 2006

El pueblo pide

Gachas, que es un poco rancia y por ende gusta de la música anterior al XX, hoy tenía intención de adquirir el Requiem de Mozart que venía con El País. En cuatro sitios ha preguntado: en 2 kiojkos de la Puerta del Sol, en la FNAC y el Cortinglés. Agotado el Requiem en todas partes.

Gachas se congratula de este interés repentino por la música sacra que le ha entrado a sus concitoyens. Le jode que no haya quedado un requiemcillo para ella en ningún sitio (vale, ya era por la tarde, pero no tan tarde: las 8) pero aún así está contenta. De hecho, desde su ventana le parece oir el rumor de los miles de réquiemes que se han vendido hoy en Madrid, todos sonando en los hi-fi sets de la peña. Hoy, en vez de Buenafuente (¿ponen hoy Buenafuente? Gachas es de esas que no ven la tele y lo tienen a gala, pero luego bien que quieren estar al día en cultura popular). Ay, que me distraigo: que digo que hoy, en vez de Goodfountain, la peña estará oyendo su buen Confutatis y su Rex Tremendae y se les olvidará enchufar el programa. ¿Se notará en los índices de audiencia y sabrán los estudiosos de la comunicación achacarlo al furor requiemista?
Formatos en desuso

Ayer, en el barrio de Gachas, el Ayuntamiento emprendió la tradicional recogida postnavideña de cachivaches y objetos inservibles (bueno, el Ayuntamiento y los espabilaos que pasaran por allí antes: mis vecinos tiraron una flamante ventana nueva que-tú-bordaste-en-rojo-ayer con cristales Climalit que a ellos no les servía). Gachas sólo tiró el pie metálico de un foco ikéico que ya había fallecido hacía tiempo y un flexo para atornillar en la mesa de trabajo que se vencía por el peso y al que le faltaba la pinza o la palomilla o lo que fuera que lo sujetaba a la mesa y que, por tanto, lo convertía en no apto para su función.

Gachas también vio por ahí el otro día un video VHS (el aparato, no una cinta) él solito ahí tirado, en un contenedor, y más de un pantallón tocho de ordenador color pera pelada se ha encontrado en plena calle, como probablemente les haya pasado a ustedes. Todo esto le da a Gachas mucho que pensar. Bueno, a Gachas y a tropecientos más que en La Casa Encendida montan jornadas de desarrollo sostenible, de reciclado de basurismo; coloquios para pensar sobre lo fistros que somos, tirando todo el día guarrerías que no sabemos dónde meter etc.

Gachas se acordaba, al hilo de todo esto, de los viejos sistemas de video. La familia de Gachas era de los que tenían Betamax "porque es un sistema mejor". Ay, incautos: al final perdimos la batalla y tuvimos que comprarnos el uve (se llegó a llamar así, sin la necesidad de la hache ni la ese, ¿verdad?). Pero lo que más risa le daba a Gachas era recordar la cara que se les debió de poner a los pringadetes que adquirieron Video 2000. A esos sí que los tangaron bien, pobres. ¿Cómo no tuvieron más ojo? ya en las estanterías de los paleovideoclubs de barrio sólo había una fila de pelis para Vídeo 2000, frente a las 30 para VHS y 25 para Beta. ¿No les daba esto un poco que pensar?

Pero a ver, si algún lector de Gachas (o la familia de algún lector de Gachas) formó parte alguna vez de ese colectivo, Gachas lo va a querer y respetar igual, faltaría más. El haber sido usuaria del sistema Beta la convierte en un ser tolerante y abierto como pocos. Ella y su fámili también pringaron, aunque menos que los videodosmilistas (jue, jue).

miércoles, enero 04, 2006

Guardianes bizarros de la psiqué española

Este post es heredero directo de Mondo Brutto . Gachas lo asume. Gachas es deudora de ese fanzine, aunque ahora ya no lo lea porque se le cansa la vista con esa letra tan chica, y porque ya está mayor y no conoce a los grupos pop a los que despellejan.

A lo que vamos: Gachas siempre ha estado interesada en las cosas del cerebrín, en los distintos caracteres de los seres humanos, en sus maneras idiosincrásicas de dar por culo al prójimo etc. De ahí que Gachas escuchara mucho la voz de los psiquiatras y psicólogos internacionales y, en menor medida, la de los del Estado español. Gachas puede citar a cuatro profesionales de la salud mental patrios en los que se ha mostrado interesada en algún momento de su vida, no tanto por su profesionalidad sino por su, en fin, bizarría. A saber:

- Elena Ochoa
- Juan Antonio Vallejo-Nágera
- Dr. López-Ibor
- Enrique Rojas

Sería muy ambicioso explayarse en las trayectorias de todos ellos en un mísero post cuya misión no es sino proporcionar un poco de solaz a su autora (y, por ende, a sus lectores), así es que Gachas sólo hablará un poquillo de López Ibor, o, más concretamente, del Libro de la Vida Sexual del susodicho dottore, que estaba en las estanterías de los hogares del franquismo (en el de Gachas, al menos). Gachas, aparte de leer de pequeña los Mitos griegos contados a los niños y mucho tebeismo, de vez en cuando le daba un tiento al libro adulto ese. Lo único que recuerda de lo aprendido en él es la existencia de perversiones sexuales (jarrl!) y el ejemplo que López-Ib daba de ellas: el de un pavo que, en vez de mojar el churro como está mandao, la pasaba chévere introduciendo fresas en el chumi de sus churris.

Como comprenderán, cada vez que Gachas come fresas aún en la actualidad, ¡zas!, imagen de perversión al canto. La mente de Gachas fue ensuciada en la infancia y no hay quitamanchas que limpie aquello. Así funcionan nuestros cerebritos, my friends.

martes, enero 03, 2006

Gachas llama a su propia puerta

¿Hola?, ¿queda algún lector de Gachas vivo? Gachas se lo ha buscado, a ver cómo recupera ahora a los 70 incautos diarios que entraban en su blog antes del 5 de noviembre del pasado año.
(Gachas se da cuenta de que ha perdido hasta el tradicional tono Gachas con el que escribía esto. Pastando lo dejó).

Bueno, a trancas y barrancas remontaremos y recuperaremos el tono y los lectores perdidos de Katharina Blum. Para rebirthear el blog, Gachas ha elegido el tema menos actual de la tierra, pero a Gachas le interesa y quiere hablar de ello aquí y compartirlo con els quatre gats que le quedan como lectores.

A lo que vamos: Gachas, por primera vez en su vida, empleó correctamente el otro día la preposición inglesa within. Gachas sólo controlaba hasta el momento las típicas que ustedes controlan también: on, at, in, about, under y, como mucho, between y among, pero el otro día, hablando con un guiri deslizó sin ningún esfuerzo el buen within ("within an hour": en el plazo comprendido en una hora/de aquí a una hora). Gachas piensa hacer lo propio con los ¿adverbios? beyond y beneath cuando tenga ocasión. Y, una vez dominados, lo intentará con el complejísimo palabro hereinafter.

Les animo a todos ustedes (ya no hay confianza para el tuteo, lástima) a enviar sus comentarios sobre palabras o expresiones resién aprendidas a utilizar. A Gachas aún le quedan varias en su lengua castellana sin estrenar, tipo por mor de y a tenor de, que, en sus 34 años de vida planetaria en Ejpaña, no ha osado pronunciar todavía.