sábado, junio 24, 2006

El amargo dulce ajeno

Gachas todavía tiene en casa algunos dulcecillos adquiridos (o que le fueron ofrecidos) en México. Ha ido regalando golosinas por doquier hasta que le han quedado éstas, las más incomprensibles: até de guayaba; cucharitas de tamarindo con chile; una especie de tallarines de colores que también parecen regalices rojos y verdes (raro, raro) y tabletitas de Pulparindo (de nuevo tamarindo con sal y chile). Gachas compró algunas de estas cosas para hacer la gracia, las ha ido repartiendo y ha visto cómo paulatinamente sus amigos han ido enfermando del estómago. Ahora duda si seguir dañando a sus allegados o si tirar todo eso a la basura. Su única esperanza es lograr encasquetarle (sí, doloroso verbo pero "regalarle" aquí no es lo correcto) las ambrosías mexicanas a alguien que sepa valorarlas de verdad, es decir, un nativo de México.

Gachas, que se las da de cosmopolita y abierta y bla bla, siente mucho dolor al haber llegado a esta conclusión. A Gachas le pirra probar sabores nuevos: es un hacha en lo que respecta al jengibre, que para muchos sabe a refreshing towel de avión; ama el cilantro como pocas cosas en la vida y, en general, no tiene prejuicios con el pejcao crudo (bueno, ahora de repente nadie parece tenerlos), pero reconoce que el dulce extranjero le perturba un poco. Gachas sólo acepta sin problemas el dulce de la Unión Europea (incluso el regaliz salado alemán), pero con las jellies temblonas estadounidenses, la pasta mochi japonesa que no sabe a nada pero cuya textura es repugnante y el dulce indio excesivamente mantequilloso (no me pregunten el nombre) no puede. Así es la cosa: justo en el dulce, que es donde parece estar la última esperanza de unión entre los pueblos, Gachas flaquea irremediablemente.

Nota: la cajeta o dulce de leche mexicano sí que le gusta a Gachas y mucho. En ese punto podría comenzar a establecerse el diálogo intercultural, sí señor.

domingo, junio 18, 2006

Gachas entomóloga

Faltaba algo que contar de México: la inevitable ingesta de insectitos, considerados allí manjar sin par. Precisemos: Gachas no llegó a ingerir ni escamoles (huevos de hormiga) ni chapulines (microsaltamontes rojizos con inocente pinta de hebras de azafrán) pero sí llego a tener en el plato una especie de canapé de caviar blanco hormigueño que volvió a dejar en su sitio (Gachas sabe que eso no se hace) nada más conocer la desagradable noticia.

Como era de esperar, todo el grupo patrio que compartía mesa con los tres lugareños anfitriones comenzó a hacer bromas chuscas sobre los chapulines colorados (de ahí probablemente el nombre del bizarro personaje de Galavisión) y los minihuevos de cero yemas, hasta tal punto que uno de los anfis se ofendió un poco ante la paletez espagnola haciendo ver que eran platos carísimos.

Gachas trata de imaginar una situación paralela en la que, ante la visión de sendos platazos de jamón y lomo ibéricos, unos yanquis hicieran bromitas y risas estúpidas al respecto. Gachas puede comprender no comer jamón por temas como colesterol o mi-religión-no-me-lo-permite, pero de ahí a que se bromease acerca del embutido ibérico va un abismo. Aparte, ¿cuál sería la broma posible respecto a una loncha de jamón con veta soltando todo su esplendor en el plato? Gachas no logra verla.

(Qué post patriota y cuasi aznarista le ha quedado a Gachas. Miedo se da a sí misma).

viernes, junio 16, 2006

Viaje al centro de Gachas

Una tarea que gusta sobremanera a Gachas es la de visitar los entresijos de su contador de visitas, sobre todo la sección "search by location". Ahí aparecen las banderitas de los países de todos los visitantes de Gachas. Spain se lleva la palma, obviamente, pero también de repente aparece el Guayominí (por Ms. T, cómo no) y en ocasiones países inauditos como the Netherlands, Rumanía o Malasia (¿Sandokan entra en Gachas?).

Pero la cosa no acaba ahí: Gachas, que todo lo ve y todo lo controla, puede saber las razones por las que esos seres han entrado en su blog. Muchos lo hacen por interés gachesco (Gachas se congratula), de ahí que en su url de acceso figure www.gachasattiffanys etc. Otros lo hacen de casualidad, tras haber buscado en google algo que, mira tú por dónde, aparece en Gachas. Vale, también es legítimo. Así, nos encontramos con alguien que tecleó "Isabelle Huppert" en su buscador y que fue irremediablemente remitido/a a Gachas (como lo habría sido de haber tecleado "ultramarinos", por ejemplo). Lo mismo con alguien interesado en la mortadela Mickey, a la que Gachas debió de dedicar un post o fragmento de post hace ya tiempo. Pero lo más sorprendente y que hace ruborizar a Gachas hasta extremos insospechados es alguien de México, con quien Gachas probabemente se cruzara por la calle la semana pasada sin que él (todo apunta a que se trataba de un "él") lo supiese, ya que en ese bello país acaba de pasar Gachas unos días. A lo que vamos: ese alguien andaba buscando en la red de redes "fotos de chicas con la pocha abierta". A Gachas no se le caen los anillos de plástico por eso, faltaría más. Le parece legitimísimo buscar fotos de chicas con la pocha abierta (¡qué grafiquísima la variante dialectal, my God!), tanto o más que buscar información sobre Irene de Grecia (que también hubo quien lo hizo) o sobre brotes de soja. Lo que no entiende Gachas es cómo google ha remitido al usuario mexicano al su blog. Misterios de la búsqueda booleana.

(Quizá algún lector malpensado haya llegado a sospechar que fue la propia Gachas quien buscó esas fotos desde Mex y al autodescubrirse con las manos en la masa ahora trata de disimular de esta forma mezquina y burda. Piensen lo que quieran con sus mentes sucísimas, a Gachas se la trae floja).

martes, junio 13, 2006

Gachas con chipotle

Que alegria sin tildes tiene Gachas al comprobar desde el Aeropuerto del DF (parentesis: es detestable pero detestable la gente ibérica que dice con naturalidad "el DF"). Pues eso, que Gachas penso que su ultimo post no se habia colgado como Dios manda y resulta que si, y resulta que catorce amigables comentarios tiene.

Gachas ya se va de Mexico. Le ha dado tiempo a vomitar el picante, a probar el cuitlacoche, el huchepo, la corunda, la jicama con cajeta y el rompope. Entre los souvenirs que lleva en su maleta no se hallan mascaras de lucha libre ni muñequillos del wrestling mexicano ese, pero si (como no) dulces de tamarindo con chile, jabones con hechizos bizarros para hombres y mujeres y la tradicional bolsalacompra de cuadros mexicana que ustedes mismos pueden adquirir en las tiendas trendies de sus ciudades natales. Gachas ha visto mucha provincia mexicana y en cambio cero De-Efeismo. Ha visto el Mexico central porque la mision de Gachas y su grupo (ahora a Gachas le cae mazo bien el grupo y los quiere a todos y no quiere separarse de ellos, sniff) era esa. Otro dia habra mas. Perdon por la ausencia de tildes.

miércoles, junio 07, 2006

Gachas at Tiffanitepetl

En el mundo maya que está Gachas ahora, en misión especial con un grupo de alegres y bromistas compatriotas. Dirán que qué morro tiene Gachas, que la invitan a México 9 días a cuerpo de reina. Sí, morro tiene, pero ustedes no saben lo que es estar todo el fucking día con 10 compatriotas desconocidos en fregoneta, comiendo, cenando, desayunando y recogiendo información sobre lo que nos ha traido aquí (reportar: semos reporteros casi todos. Algunos fotógrafos).

En los 2 días que lleva en México en lo que más se ha fijado Gachas es en la poca incidencia de la alopecia masculina aquí: qué sanotas cabelleras tienen los varones. Desconocen la entrada, la tonsura, el tener dejarse mechones en la coronilla para disimular lo indisimulable etc.
Otra cosa que mola mazo de aquí y que convierte inmediatamente a Gachas en una despreciable gafapastista por la actitud que muestra hacia ello es el letrerismo bizarro: Gachas no hace más que sacar fotos de letreros tipo "Enfermedades de la mujer exclusivamente"; "Fabor de no orinar aquí"; "Estudio de la pareja estéril" (en consulta de médico); "Restaurante La Fe en Dios" etc. Otra cosa que hace Gachas es pasear por mercados y puestos callejeros y creerse muy enrollada por hablar con los tenderos sobre sus productos. Tanta Casa Encendida y tanto Lavapies han convertido a Gachas en un ser insufriblemente petulante y de apariencia campechanísima que lo que busca en los viajes es "conocer cómo vive la gente del lugar". Puaaaj. Pero si no hay nada como ir a la carrera viendo retablos, pechinas y fachadas barrocas.

domingo, junio 04, 2006

Maneras de pringar (II o incluso III)

Gachas siente debilidad por aquellos que, en el momento de decantarse por una marca/sistema de vídeo/ordenador etc. eligen el que nadie tiene y, por tanto, el que acaba dándoles más quebraderos de tête. Ya se ha tratado en Gachas el tema de los incautos que compraron vídeo 2000 en vez de VHS o Beta (estos últimos, también incautos pero con efecto retardado). Ya nos hemos reido bastante de ellos, por eso Gachas cambia de colectivo y dirige su atención al de los usuarios de cajeros automáticos. Como bien sabrán existen 3 modelos principales: Servired, 4B y la tristísima o graciosísima Red 6000. ¿Alguien de ustedes tiene un tío que trabaja en la caja de ahorros agrícola de no sé dónde y por eso tienen ahí la cuenta a pesar de que para encontrar un cajero Red 6000 se las vean y se las deseen? Servidora no, pero una buena amiga suya inteligente, aparentemente equilibrada y práctica sí.

Gachas no entiende nada. No entiende por qué la peña se autodificulta la vida de esa manera. Gachas ríe cada vez que ve el logo Red 6000 en un cajero, y es tan pocas veces que Gachas no tiene oportunidad de reir mucho, la verdad sea dicha.